lunes, 23 de julio de 2012

RELIGION y CULTURA DE LOS ANTIGUOS GRIEGOS

Los dioses griegos: Según la creencia de los griegos, los dioses residían en el Monte Olimpo, pero no se mantenían aislados, sino que participaban en la vida de los mortales. Los griegos atribuían a sus dioses fuerza y belleza y juventud imperecedera.
Zeus es el dios supremo, es el señor del Olimpo y gobierna sobre los dioses y los hombres. Cuida del orden y de la justicia. Los hombres lo invocan y le piden bienestar, riqueza y triunfo en la lucha. Su arma es el relámpago, su acompañante es el águila. Su espo­sa es Hera, la madre de los dioses. Ella protege el matrimonio y la familia. Hijos de Zeus son el dios de la guerra Ares y la diosa A (enea. A ellos se les invoca en el combate. El impetuoso Ares prefiere el combate vio­lento. Atenea representa el valor sensato. Atenea, siendo diosa de la guerra, usa lanza, escudo y armadu­ra. Pero a la vez sabe manejar con maestría el telar, enseña a las mujeres a hilar y tejer y es la protectora de las artes y las industrias. La acompaña la lechuza.
Otros hijos de Zeus son los mellizos Apolo y Artemisa, nacidos en la isla de Delos. Apolo es el dios de la luz, de la poesía y de la música. A su séquito pertene­cen las nueve musas que confieren a los hombre el don de las artes y ciencias. A Apolo está consagrado el laurel de cuyas ramas se hace la corona para distinguir al poeta. Apolo es también el dios de la sabiduría y confiere el don de la profecía. En su santuario en Delfos comunicaba, a través de su intermediaria, la pitonisa, sus consejos a quienes lo consultaban. Los griegos recurrían al oráculo de Delfos para todas sus empresas importantes. Para expresar su gratitud hacían genero­sas donaciones a los sacerdotes. Hasta la fecha las minas de Delfos dan testimonio de la importancia del oráculo y del culto de Apolo en Delfos.
La esquiva Artemisa es la diosa de la caza. A su séquito pertenecen las ninfas, divinidades protectoras de los bosques y las fuentes. Afrodita es la diosa del amor y de la belleza. Es casada con Hefaistos, dios del fuego y de los volcanes.
Zeus comparte el dominio del mundo con sus dos hermanos: Hades reina sobre el mundo subterráneo, Poseidón sobre el océano. Hades preside el Orcus, el mundo subterráneo y reino de los muertos. Es un mundo triste donde las almas de los muertos viven como meras sombras, sin alegría y sin esperanza. Po­seidón habita un palacio en el fondo del mar. Su cetro es el tridente. Atraviesa los mares en un coche de oro tirado por cuatro caballos. En señal de sus iras agita las aguas con su tridente. Los navegantes le deben pre­sentar ofrendas y sacrificios para que sus iras se apacigüen y los temporales amainen.
Hermes es el mensajero de los dioses. Lleva alas en los talones que lo conducen velozmente del Olimpo a la tierra. Protege los caminos y el comercio y acompa­ña a las almas al Orcus.
De la unión de los dioses y las diosas con los mortales nacen los héroes. El más grande entre ellos fue Hércules, hijo de Zeus, quien demostró su valor heroi­co en los doce trabajos que le impusieron los dioses. Teseo, hijo de Poseidón, logró triunfar sobre el Mino­tauro.
Los dioses se parecían a los hombres, pero eran más poderosos y perfectos que los humanos y eran, ante todo, inmortales. Alimentándose de néctar y am­brosía, se conservaban eternamente jóvenes.
Los dioses no eran omnisapientes ni todopodero­sos. Por encima de ellos estaba la moira, el destino inexorable, cuyos designios debían ser cumplidos por dioses y hombres para que el cosmos (orden) no se convirtiese en caos.
De la religión se derivaba la moral. Como el hom­bre dependía de los dioses, debía evitar la soberbia
(hybris) y practicar la templanza (sophrosyne). La vir­tud consistía en la observación de la medida justa. Para ser virtuoso, había que conocerse a sí mismo. Por eso el templo de Apolo en Delfos llevaba la inscrip­ción: “Conócete a ti mismo”.
Si bien los dioses eran venerados en toda Grecia no había una religión nacional. Cada religión y ciudad tenía su culto local.
Las manifestaciones de la cultura Griega

Durante el Siglo de Pericles se combinaron en Atenas el poder político, la riqueza económica y el esplendor cultural. Armónicamente se relacionaron la autoridad y la libertad, el Estado y la sociedad, el gobierno del hombre genial y la soberanía popular, el poder y la cultura. Con razón pudo afirmar Pericles que Atenas se había convertido en modelo de cultura y en escuela para toda la Hélade.
La educación. Desde los tiempos de Solón las leyes obligaban a los padres a dar educación a sus hijos. Pero mientras que en Esparta la educación era imparti­da por el Estado, en Atenas era asunto privado y era dada por maestros particulares. Las niñas eran educa­das en casa donde la madre les enseñaba danza, músi­ca, lectura y escritura. Los niños eran educados por un profesor que les enseñaba a leer y escribir y los intro­ducía en las artes y ciencias. Se practicaba la escritura escribiendo con un estilete sobre una tabla de madera cubierta de cera. Los alumnos debían aprender de memoria largos trozos de los poemas homéricos: Pasa­ban gran parte del día en la palestra y el gimnasio, entregados a las pruebas deportivas: correr, saltar, lanzar el disco y el dardo. La formación intelectual y física era completada por la educación artística: el niño estudiaba el canto y aprendía a tocar la flauta y la cítara. La educación tendía al desarrollo armónico de todas las facultades con el fin de crear la unidad de lo “hermoso” y lo “bueno” y formar al ciudadano justo.
La Acrópolis, símbolo de Atenas. En el centro de la ciudad de Atenas se eleva la colina de la Acrópolis, lugar sagrado de los dioses. Después de la devastación por los persas, Pericles hizo erigir en la Acrópolis las más hermosas construcciones con el fin de expresar a Atenea, la diosa patrona, el agradecimiento por la ayu­da dispensada durante las guerras.
Desde la ciudad el camino conducía a los Propileos, una entrada monumental con columnas de mármol blanco. A través de los Propileos se ingresaba a la “vía sacra” que recorría todo el recinto. Al frente se elevaba una grandiosa estatua de Atenea, erigida en conme­moración del triunfo de Maratón. A ambos lados de la vía sacra se levantaban figuras donadas y consagradas a la diosa Atenea y piedras en que estaban inscritas las leyes más importantes acordadas por la Asamblea Po­pular.
En la cumbre de la Acrópolis se levantaba el Partenón, el templo principal de Atenea, de estilo dórico, obra culminante de la arquitectura griega. El friso re­presenta la solemne procesión que los atenienses efec­tuaban cada cuatro años durante las fiestas panate­neas en honor a la diosa Atenea.
El interior del templo era un recinto cerrado que sólo recibía luz a través de la puerta. Era la habitación de la diosa y no lugar de culto. Allí se elevaba la estatua de Atenea, de 12 m. de alto, obra maestra del gran escultor Fidias. Cara y manos eran de marfil, las vesti­mentas de oro puro.
El teatro en Atenas. Los atenienses daban gran importancia a las fiestas religiosas y profanas. Con cantos y bailes, con pruebas deportivas y recitaciones de los poemas homéricos celebraban los días consa­grados a sus dioses. Con ocasión de las grandes fiestas en honor de Dionisio el pueblo se dirigía al teatro situado al pie de la Acrópolis, donde se representaba el trágico destino de los héroes y se ridiculizaban en la comedia los defectos humanos.
Los poetas entregaban tres tragedias y una come­dia a un jurado que otorgaba al mejor autor una corona de hiedra y un premio en dinero.
Las fiestas duraban tres días. Cada día se presen­taban tres tragedias una comedia. Esquilo (526-456) celebró en su obra “Los Persas” el triunfo de Salamina y enseñó en sus otras grandes tragedias (Orestíada, Prometeo, Siete contra Tebas) que los dioses y un destino inexorable aniquilan al individuo para que reinen el orden y la justicia. Sófocles (496-406), amigo de Pericles, representó el destino trágico del rey Edipo y de toda su familia (Edipo, Antígona, Electra). Eurípi­des (480-406) representa la triste suerte de las víctimas del destino.
Después de las tres tragedias una alegre comedia hacía reír a los espectadores. Aristófanes (450-385), el más importante de los poetas cómicos, ridiculizó y criticó los vicios y defectos de la sociedad y de las instituciones de su época.
La historia. Los griegos, protagonistas de tantos hechos dramáticos, se sintieron impulsados a descri­bir estos hechos y los escenarios en que se habían producido. Heródoto (484-425), el “padre de la histo­ria”, narró en “Los Nueve Libros” la historia de las luchas entre los griegos y los persas. Tucídides (455-400) relató en la “Guerra del Peloponeso” la gran contienda entre Atenas y Esparta.
La filosofía. Hacia los fines del siglo y se inició la decadencia política de Grecia. Atenas se arruinó en la guerra del Peloponeso (431-404) que sostuvo con Esparta. Esparta, por su parte, no pudo disfrutar por mucho tiempo de su triunfo y empezó a decaer como conse­cuencia de su descomposición interna.
Al mismo tiempo que se iniciaba la decadencia de la Polis como organización política, se produjo una grave crisis moral e intelectual, se debilitó la fe religio­sa y cundieron la impiedad y la duda. Había quienes afirmaban que no se podía saber nada acerca de los dioses y había otros que sostenían que los dioses sólo habían sido inventados por hábiles políticos para man­tener el orden y la disciplina entre los hombres.
Estas ideas eran sostenidas principalmente por los sofistas, los “maestros de la sabiduría”, que cultiva­ron ante todo la oratoria y que afirmaban que el hábil orador podía probar y refutar la misma cosa, pudiendo convertir lo justo en injusto y lo injusto en justo.
El primero que empezó a combatir a los sofistas fue Sócrates quien se esforzó por encontrar la verdad mediante el diálogo. Estaba convencido de que había una verdad suprema que podía ser descubierta me-
diante la razón y que el conocimiento de la verdad permitía conocer y realizar el bien. El primer deber del hombre es la práctica del bien por medio de la virtud.
Sócrates murió como vivió: sus enemigos lo acu­saron de “pervertir a la juventud” y lograron que fuera condenado a muerte. El sabio consideró el juicio una injusticia, sin embargo, lo acató por obedecer a la ley. “No se combate el mal con el mal, sino con el bien Serenamente bebió la cicuta. Y su muerte fue su triun­fo. El Estado que lo condenó, sucumbió. Pero Sócrates vive eternamente.
El más destacado alumno de Sócrates fue Platón (427-347), uno de los más grandes filósofos de la histo­ria. Platón parte del principio de que existen valores absolutos, las “ideas”. La suprema obligación del hombre consiste en realizar las ideas, ante todo, la idea del bien. Para este fin los hombres se organizan en el Estado. En la República platónica deben gobernar los reyes-filósofos que conocen, aman y viven la verdad. Platón fundó en Atenas la Academia, escuela de nume­rosos filósofos.
El pensador más universal de la Antigüedad fue Aristóteles (384-322). No hubo nada en el cielo ni en la tierra que no hubiese sido observado, analizado y clasificado por él. Fue filósofo y hombre de ciencia y creó con sus obras una verdadera enciclopedia de todo el saber elaborado por el genio helénico.
Decadencia de Grecia. Los griegos fueron uno de los pueblos más geniales que han existido en la historia. Crearon obras extraordinarias. Vivieron, gozaron y sufrieron intensamente. Finalmente sus fuerzas que­daron agotadas. En torno de ellos surgieron nuevas potencias que asumieron la dirección de la historia universal.
En el norte de la península de los Balcanes surgióel reino de Macedonia. El rey Filipo (359-336) logró ro­bustecer la autoridad monárquica, crear una poderosa fuerza militar y establecer la hegemonía de Macedonia sobre Grecia. Su hijo Alejandro (336-323) emprendió al frente de un ejército greco - macedónico la guerra con­tra los persas con el fin de vengar la destrucción de los templos y las humillaciones que los griegos habían sufrido de parte de los persas en contiendas anterio­res. En irresistible avance recorrió las provincias del imperio persa y llegó hasta la India. estableciendo el imperio más grande que hasta entonces se había visto en la historia. Fundó numerosas ciudades y las pobló con griegos. Hizo construir caminos por los cuales los comerciantes griegos avanzaron hasta las regiones más lejanas. El idioma griego se convirtió en lengua universal.
Después de la temprana muerte de Alejandro Magno el imperio se disolvió y se formaron tres gran­des reinos: Grecia -Macedonia, Egipto y Siria. Entre estas potencias se produjeron frecuentes guerras, pe­ro también se formaron estrechos nexos económicos y culturales. De la fusión de los elementos culturales griegos y orientales nació la cultura del helenismo.

viernes, 15 de junio de 2012

LA CIVILIZACION GRIEGA

LA CIVILIZACIÓN GRIEGA

UBICACIÓN TEMPORO-ESPACIAL:
Aproximadamente en el siglo X a. C., cuando se desarrollaba la decadencia de la Civilización Egipcia, comienza a emerger una de las más grandes civilizaciones de la Antigüedad, la Griega; en el siglo VIII a.C. ya se habían consolidado las bases de algunas de sus más importantes ciudades y de esta forma, en el siglo V a.C., ciudades como Atenas experimentaban el periodo de mayor desarrollo político y artístico, para, luego caer en una etapa de decadencia producto de guerras entre ciudades griegas. En el siglo IV a.C., aparece desde el norte el poder imperial de Alejandro Magno, que al imponerse sobre las polis termina con las guerras internas, pero a la vez, no permite el progreso político de éstas. Finalmente, en el siglo II a.C., después de la desaparición del Imperio de Alejandro Magno, Grecia cae bajo los intereses imperiales de Roma y con ello desaparece la hegemonía política, económica y cultural que los griegos imponían en la cuenca del Mar Mediterráneo.
Como todo pueblo de la Antigüedad, el griego no pudo sustraerse a la influencia del medio físico en que vivió. Grecia, llamada Hélade por los mismos griegos, se encontraba en el extremo sur de la península de los Balcanes, una de las tres penínsulas que tiene Europa en el mar Mediterráneo, la más oriental; Lo que permite comunicar a este continente con Asia
Grecia se interna en el mar con una gran cantidad de costas despedazadas en que se perfilan numerosos golfos, como el de Corinto; islas, como la de Eubea y la de Delos, y penínsulas como el Ática y el Peloponeso. Al este se encuentra un puente hacia las regiones costeras del reino de Lidia, en Asia Menor, de manera que la comunicación con esas regiones parece haber sido fácil. Entre ellas se encuentran los archipiélagos de las Cicladas, de las Espóradas e islas como Samotracia, Lesbos, Quíos, Samos, Delos, Naxos, Milo, Cosy Rodas. Cerrando el mar Egeo por el sur, se encuentra la isla de Creta. Las costas occidentales de la península balcánica están bañadas por el mar Jónico.
El territorio escarpado, seco y con escasas llanuras aptas para la agricultura, dio origen a una de las peculiaridades del pueblo heleno: la división en pequeñas comunidades. Estas comunidades, como consecuencia de las dificultades de comunicación motivadas por el accidentado relieve del suelo, se mantenían independientes, formando pequeños estados.
El clima y las características del territorio influyeron decisivamente en la vida de los griegos. Su casa, su forma de vestir, su alimentación, estaban determinadas por las condiciones especiales del país que habitaban. Los inviernos, salvo en las regiones montañosas del interior, eran suaves; los veranos, muy calurosos, con temperaturas de hasta cuarenta grados. A lo largo del período estival, los ríos se secaban y la falta de lluvia resecaba las tierras hasta hacer imposible la práctica de la agricultura. Por esta razón, los griegos carecían de las reservas necesarias de cereales y debían traer alimentos de otras zonas, tales como Italia o Ucrania. No obstante, supieron explotar los cultivos que se adaptaban bien a su clima y suelo, como la vid y el olivo. En las zonas montañosas, el principal recurso era la ganadería, abundando, sobre todo, los rebaños de ovejas y cabras.
Las regiones costeras, con numerosos entrantes en el mar, resultaban propicias para la navegación. A pesar de la escasez de sus recursos naturales. Grecia contaba con un emplazamiento privilegiado. Próxima a Creta y en una posición intermedia entre los pueblos de Asia y del Occidente europeo, la península griega fue un lugar favorable para el desarrollo de la civilización.
El área griega propiamente dicha constituye un espacio pequeño, si se la compara con los grandes espacios abiertos de los imperios orientales. El fraccionamiento en multitud de islas y de pequeños valles rodeados de montañas, impidió la formación de unidades políticas extensas. Sin embargo, los griegos consolidaron un espacio cultural de notables dimensiones, cuya influencia puede detectarse desde el golfo Pérsico hasta la península ibérica; es un espacio discontinuo, de núcleos aislados (colonias).
La importancia del mar en la vida helena se manifiesta, tanto para el desarrollo de la economía mediante un activo comercio, como para explicarnos el poder político alcanzado por sus pequeños estados. Atenas y las ciudades del Peloponeso poseían escuadras importantes en las que se basaba a menudo su hegemonía. El mar fue la vía de expansión por excelencia –y casi la única- de la cultura griega; el camino emprendido por sus navegantes para buscar en el exterior los recursos naturales que no producía su tierra. Esta realidad condiciona toda la vida de la Grecia clásica, desde pensamiento, que adquiere mayor flexibilidad al entrar en contacto con otros modelos culturales, hasta la economía, que se basa fundamentalmente en el intercambio de productos adquiridos fuera de los límites del Egeo.
UN espacio diverso con sentido de unidad. Los múltiples valles e islas de que se compone Grecia, condicionaron el desarrollo como unidades independientes de las ciudades –estado, muchas veces enfrentadas entre sí. Esparta, Tebas, Atenas, Argos, naxos y otras ciudades, formaron unidades políticas bien diferenciadas.
Las luchas entre una y otra ciudad fueron frecuentes y alcanzaron su expresión máxima en las guerras del Peloponeso. Cada ciudad tenía leyes, estilos artísticos y modelos culturales que la diferenciaban de las demás. Sin embargo, existía un irreversible proceso de unificación cultural que se tradujo en una conciencia colectiva de pertenecer a la Hélade como unidad superior al estrecho marco de cada ciudad-estado.

EL ORIGEN DE LOS GRIEGOS
Los griegos o helenos pertenecían a la gran rama de los pueblos indoeuropeos que, hacia el año 2000, comenzaron a bajar desde los fríos bosques del norte de Europa hacia el sur en busca de regiones más cálidas. Este avance se realizó en oleadas sucesivas. El primer grupo de helenos que se3 instaló en Grecia fueron los “arqueos”. Conjuntamente con ellos, otro grupo se lanzó a la conquista de Tracia y Frigia, los “tracio-frigios”, y ocuparon la región nororiental de los Balcanes, dando origen al reino de Troya.
Mucho más tarde, hacia el año 1200 a.C., otro pueblo helénico, los “dorios”, penetro violentamente en Grecia, destruyendo la civilización micénica que habían creado los antiguos aqueos y se instalaron en el Peloponeso en donde fundaron ciudades estados de importancia, como Esparta y Argos.
Los aqueos debieron someterse a los invasores dorios o bien emigrar rumbo al Ática o a las islas del mar Egeo.



Los dorios olvidaron que habían llegado de otras regiones y se consideraron autóctono, atribuyendo su origen a mitos y leyendas que dieron forme a la vida y el pensamiento en la llamada “época heroica”.
A pesar de que esta nueva invasión helena, trae la división entre conquistadores y vencidos, ambos pueblos, aqueos y dorios, tienen un origen en común. Con el tiempo las diversas tribus fueron adquiriendo características regionales y terminaron distinguiéndose tres grupos de helenos:
Los jonios, mezcla de aqueos y de los jonios, pueblo de Grecia central y de las islas del Egeo, tuvieron su centro cultural en Ática y en las costas de Asia Menor frente a Grecia.
Los dorios, descendientes de los invasores del 1200 a.C., se establecieron principalmente en el Peloponeso, Creta en la costa SO del Asia Menor, en Tesalia y Beocia. Su cultura de costumbres sobrias y rudas y su carácter militar aristocrático, se conservó principalmente en Esparta en la región de Laconia.
Los eolios, eran grupos mezclados; formaban el común de los helenos que no se incluían en ninguno de los dos grupos anteriores.

LA CIVILIZACION MINOICA:
En el tiempo en que Egipto alcanzaba su mayor poderío bajo los faraones del Reino Nuevo, se desarrollaba una floreciente civilización en las islas del Mar Egeo. Su centro era la isla de Creta donde, según la leyenda griega, habría gobernado el rey Minos. En recuerdo del legendario rey se dio a la civilización cretense el nombre de minoica.
Entre los griegos se conservaron numerosas leyendas referentes a Creta y el rey Minos. El artista ateniense Dédalo habría construido para Minos un enorme palacio con tantas salas y galerías que toda persona extraña se perdía en este laberinto. En el laberinto, residía el Minotauro, un monstruo con cabeza de toro y cuerpo humano a quien todos los años debían ser sacrificados siete jóvenes y siete doncellas de Atenas. Finalmente, el monstruo fue muerto por el héroe griego Teseo quien pudo escapar del laberinto gracias al hilo que le facilitó Adriadna, la hija de Minos.
Hacia 1900 d.C. el arqueólogo inglés Arturo Evans logró descubrir el laberinto cretense: en veinte años de paciente labor desenterró el palacio real de Cnosos, gigantesca y suntuosa construcción de varios pisos que con sus numerosas salas, galerías, almacenes y patios parece un verdadero laberinto. Tuberías de agua, baños y un excelente sistema de canalización servían a la higiene y la comodidad. Los hermosos frescos en las paredes representan a una sociedad que disfrutaba de la naturaleza y del arte y en que la mujer ocupaba igual posición que el hombre. Especial importancia tenía los juegos deportivos, sobre todo las corridas de toros.
La riqueza y el poder de Creta no se basaron en la fuerza militar, sino en la industria y el comercio marítimo. Los cretenses exportaban sus productos agrícolas, el aceite y el vino, su fina cerámica y las herramientas y la artística cerrajería de bronce. Importaban mármol y la plata de Grecia, cobre de Chipre, oro y marfil de Egipto.
En los frescos del palacio de Cnosos faltan las escenas guerreras. Las cuidades de Creta carecían de muros y fortificaciones. Los pacíficos cretenses se sentían protegidos por el mar y por sus flotas. Sin embargo, hacia 1400 a.C., la isla cayó bajo el dominio de invasores extrangeros, los aqueos.

LA CIVILIZACION MICENICA:
Hacia el 1900 a.C. pueblos indoeuropeos, provenientes de las llanuras del Danubio, penetraron en la península de los Balcanes y se extendieron hasta el Peloponeso. La tradición griega los recuerda bajo el nombre de aqueos.
Los belicosos aqueos pudieron dominar a los habitantes primitivos, los pelasgos. Los reyes aqueos más poderosos fueron los de Micenas y Tirintio en el Peloponeso. Desde Micenas salía una red de caminos por donde avanzaban los guerreros en sus veloces carros de guerra. En la cumbre del cerro se elevaban gigantescos muros de piedras labrada que, según la leyenda, habrían sido construidos por los cíclopes. Se entraba por una puerta monumental, la puerta de los leones, adornada por una columna flanqueada por dos leones esculpidos en piedra. Detrás de los muros se elevaba el palacio real cuyos interiores estaban decorados con hermosos frescos de estilo minoico que deben haber sido obra de maestros cretenses.
Al pie del cerro los reyes mandaron construir monumentales tumbas subterráneas en forma de cúpula donde se hicieron sepultar de una manera semejante a los faraones egipcios. Los arqueólogos descubrieron ahí armas de bronce, preciosas joyas y finas máscaras de oro.
Desde el Peloponeso los aqueos, haciéndose navegantes, extendieron su dominio sobre el Mar Egeo. Hacia el 1470 a.C. se apoderaron de la isla de Creta.
Según la tradición los aqueos habrían llegado también hasta el Asia Menor. El rey Agamenón de Micenas habría encabezado la expedición que después de larga lucha habría logrado triunfar sobre Troya.
Hacia el 1200 a.C. nuevos invasores indoeuropeos, los belicosos dorios, penetraron en la península griega desde el norte. Sus espadas y escudos de hierro les dieron la superioridad sobre las armas de bronce de los aqueos.
Los aqueos abandonaron los territorios que habitaban. Muchos se refugiaron en Ática. Otros pasaron a las islas del Mar Egeo y a la región costera de Asia Menor conocida como Jonia. Otros cayeron bajo la dominación de los dorios. De la mezcla de los distintos grupos emergió el pueblo griego.

EVOLUCION POLÍTICA: Formación de las Polis

Originalmente los griegos vivieron dispersos en el campo y en pequeñas aldeas. A raíz de las continuas guerras los reyes y los nobles empezaron a construir plazas fortificadas bajo cuya protección se establecieron los artesanos y comerciantes. Así se formó la Polis, la ciudad- estado, centro y base de la civilización griega. Algunas ciudades tuvieron un desarrollo especial, pero en su mayoría pasaron por cinco formas de gobierno: la Monarquía, el gobierno de un rey que había recibido su poder por herencia; la Aristocracia: el gobierno de los “mejores”, esto es, de nobles cuyo poder descansaba sobre sus tierras y que legitimaban su posición mediante el nacimiento y la sangre; la Plutocracia: el gobierno de los más ricos; la Tiranía: el gobierno de algún personaje ambicioso que llegaba al poder por la vía ilegal y cuya autoridad no descansaba sobre la herencia, la posición social o la riqueza, sino sobre la fuerza personal; Democracia, el gobierno del pueblo basado en el principio de la igualdad de todos los ciudadanos.
La Polis se componía de tres partes: la acrópolis, generalmente un recinto fortificado en la cumbre de una colina donde se construían los templos; el área urbana al pie de la acrópolis, con el mercado, las tiendas, los talleres y las casas; los alrededores dedicados a los cultivos agrícolas.
La ciudad- estado tenía escasa extensión. Esta variaba entre los cien y mil kilómetros cuadrados. La población no solía exceder los 5000 habitantes. Atenas, el Estado más grande e importante, tuvo en los tiempos de su mayor poder una población de unas 300000 personas.
Cada Polis era completamente independiente. Era un centro religioso y económico que cuidaba celosamente su independencia política (soberanía), sus leyes propias (autonomía) y su independencia económica (autarquía).
La Polis fue el factor dominante en la vida colectiva griega. Fue el núcleo en que se condensó la vida helénica en su totalidad. La grandeza y el esplendor de Grecia coincidieron con el poder y florecimiento de sus ciudades. Jamás los griegos se unieron en un Estado nacional que hubiese abarcado a toda la Hélade. En el curso de los siglos la Polis experimentó profundos cambios internos.
Con la Polis griega apareció en la historia universal un nuevo principio de organización política: el principio de la responsabilidad del ciudadano libre en la vida cívica. Mientras que en Oriente el poder político era ejercido autocráticamente por los reyes divinizados, el Estado griego descansaba sobre la comunidad de los ciudadanos y tenia la función de realizar el bien común y de contribuir al perfeccionamiento moral de la persona.

LAS POLIS GRIEGAS;
- ESPARTA, POLIS GUERRERA:
Hacia el 1200 a.C. los dorios penetraron en el fértil valle del Eurotas en Laconia, en el sur del Peloponeso. Fundaron varios pueblos de cuya unión nació la ciudad de Esparta.
Después de violentas luchas los dorios pudieron triunfar sobre la población aquea y la redujeron a la servidumbre. En el siglo VIII los espartanos extendieron su dominio sobre la vecina Mesenia y sojuzgaron a su población. A raíz de estas conquistas territoriales Esparta pudo, resolver el problema de la tierra, de modo que no tuvo necesidad de fundar colonias.
Los espartanos se establecieron como minoría dominante que constituía solamente el 7% de la población. El temor permanente de una sublevación de los vencidos ejerció profunda influencia sobre el sistema de gobierno y las formas de vida de los espartanos. Esparta se convirtió en un gran campamento guerrero en que todo debía servir a la capacitación militar.
Los espartanos o “ iguales” vivían de las rentas que les producían las tierras que fueron repartidas entre ellos mediante sorteo. Las tierras eran trabajadas por los descendientes de los vencidos, los ilotas, que eran considerados esclavos del Estado. A los espartanos les era prohibido tener oro y plata. Sólo circulaban monedas de hierro que no tenían valor fuera de territorio espartano. La industria y el comercio quedaron en manos de los periecos que habitaban las regiones menos fértiles de Laconia y que habían conservado su libertad personal, aunque no gozaban de los derechos políticos. Los contactos con los extranjeros fueron reducidos a un mínimo con el fin de que Esparta conservara íntegramente su carácter propio.

LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA:
La tradición atribuyó la constitución del Estado espartano al legislador Licurgo. De hecho, la constitución fue el resultado de un largo proceso histórico. Al frente del Estado estaban dos reyes que en tiempos de guerra tenían autoridad absoluta sobre la vida y la muerte; en cambio, en tiempos de paz su poder quedaba reducido al mero honor. Junto con 28 hombres que debían ser mayores de sesenta años y que provenían de las familias más distinguidas, formaban el Consejo de Ancianos, la Gerusía, que tenía la función de preparar las leyes que debían ser aprobadas por la Asamblea Popular. Esta se reunía los días de luna nueva y luna llena. En ella participaban todos los espartanos que habían cumplido treinta años. La Asamblea aprobaba o rechazaba los proyectos de ley, decidía sobre la guerra, la paz y las alianzas y elegía a los cinco éforos. Los éforos duraban un año en su cargo. Ellos convocaban la Asamblea Popular, administraban el tesoro público, tenían el control sobre toda la administración, vigilaban las costumbres y recibían a los embajadores de otros Estados. En el curso del tiempo los éforos pudieron ampliar cada vez más su autoridad y finalmente hasta recibieron poder para destituir y condenar a muerte a los reyes.
LA EDUCACIÓN Y LAS FORMAS DE VIDA:
Desde su nacimiento el espartano pertenecía al Estado. Debía vivir enteramente en función de la colectividad. Los niños débiles o enfermos debían perecer. A los siete años los niños debían abandonar el hogar para ser educados en las instituciones públicas. Eran sometidos a una disciplina estricta, instruidos en las artes militares y debían aprender a hablar en forma precisa y breve, a la manera “ lacónica”, expresión de la concentración del espíritu y de una personalidad concisa. A los veinte años el joven ingresaba al ejército, a los treinta llegaba a ser ciudadano.
El espartano debía ejercitarse permanentemente para la guerra. Todos los años los éforos, al asumir su cargo, declaraban de nuevo guerra a los mesenios e ilotas, y los jóvenes espartanos debían recorrer el país y matar implacablemente a toda persona sospechosa. Sólo el vicio militar, la caza y la acción deportiva eran actividades dignas del espartano. Toda su vida quedaba estrictamente reglamentada según las exigencias de la rigurosa disciplina militar.

jueves, 14 de junio de 2012

ATENAS, ESTADO DEMOCRATICO:
Atenas bajo los reyes y los nobles: En el pequeño territorio de Atica, con sus 2500 kilómetros cuadrados, surgieron varias ciudades entre las cuales se destacaron Atenas, Maratón y Eleusis. La leyenda refiere que el rey Teseo había unido a estas ciudades bajo la dirección de Atenas.
En un comienzo Atenas estuvo gobernada por una monarquía. Pero con el tiempo los reyes perdieron su poder y fueron reemplazados por nueve arcontes, magistrados supremos, que ejercían la dirección administrativa, militar, religiosa y jurisdiccional. Su mandato duraba un año. Eran elegidos por una asamblea dominada por los nobles o eupátridas (bien nacidos) que eran ricos terratenientes. Había un Tribunal Supremo con el nombre de Aerópago (colina de Ares, donde sesionaba este Consejo).
El fuerte aumento de la población dio origen a una grave escasez de tierras. Los mejores campos estaban en poder de los eupátridas que aprovecharon a menudo la pobreza y las deudas de los campesinos para ampliar aún más sus posesiones. Muchos campesinos fueron reducidos a la esclavitud y perdieron sus derechos civiles ya que el deudor que no podía pagar sus deudas debía responder con su persona por ellas. En el curso del siglo VII surgió entre los demos, el pueblo, un fuerte descontento.
Dracón y Solón. El demos descontento exigió ante todo que se codificaran las leyes ya que hasta ese momento sólo existía un derecho consuetudinario que era conocido únicamente por los nobles. Para responder e esta exigencia se eligió esimneta al eupátrida Dracón (hacia 624 a.C.). Más, estas leyes fueron tan severas que se dijo que el Código de Dracón estaba escrito con sangre.
Al aumentar el descontento se eligió arconte a Solón y se le encomendó la misión de dar a Atenas una nueva constitución (594 a. C.).
Solón, dando muestra de auténtica sabiduría política, se colocó por encima de los grupos y sus intereses y procuró hacer justicia a todos, a nobles y campesinos, a ricos y pobres. Anuló las deudas, rescató a los que habían caído en servidumbre por este motivo y prohibió la esclavitud por deudas. Estableció límites para la gran propiedad con el fin de impedir la desaparición de los predios pequeños. Mas, se opuso a las exigencias desmedidas de algunos campesinos de llevar a efecto una distribución radical de todas las tierras.
Solón abolió los privilegios de la nobleza de la sangre y declaró ciudadanos a todos los habitantes libres del Atica .

ORGANIZACIÓN POLÍTICA – SOCIAL DE LOS ATENIENSES
Se Dividió a la población en cuatro clases atendiendo a los impuestos que cada uno pagaba: grandes propietarios, campesinos y asalariados (tetes). Los arcontes debían ser elegidos entre los miembros de la primera clase. Los ex arcontes integraban el Areópago que se mantuvo como tribunal supremo y que conservó su función de controlar toda la administración pública. Solón creó como institución nueva el Consejo de los Cuatrocientos o Bulé, cuyos miembros eran elegidos entre los ciudadanos de las tres primeras clases. La Bulé debía preparar todos los asuntos que luego eran sometidos a la discusión y decisión de la Asamblea Popular o Ecclesia. Además creó un tribunal popular, la Heliaia, formada por jurados elegidos por sorteo entre los miembros de las tres primeras clases y a la cual cada ciudadano podía apelar contra la decisión de un magistrado.
La organización del ejército se basó en el mismo sistema de clases. Las dos primeras clases servían en la caballería. Los miembros de la tercera clase formaban los hoplitas, infantes con pesada armadura. Los tetes, los más pobres que carecían de medios para aportar armas y armadura, eran empleados con preferencia para el servicio en los barcos de guerra.
La reforma de Solón confirió a todos los ciudadanos voz y voto en la Asamblea Popular. Sin embargo, en las otras instituciones los nobles y los ricos conservaron mayores derechos. Como los cargos públicos no eran remunerados, sólo podía ocupar una magistratura el que disponía de tiempo y de medios económicos propios.
Después de haber completado su labor, Solón abandonó Atenas. No quiso ocupar ningún cargo público. Las leyes y no las personas, la justicia y no las pasiones debían gobernar. “La ley es rey” era la máxima de Solón. El oráculo de Delfos incluyó a Solón entre los siete sabios del mundo.
El tirano Pisístrato. A pesar de que las sabias reformas de Solón había algunos problemas fundamentales, continuaron las luchas internas. Los eupátridas no quisieron conformarse con la pérdida de sus privilegios. Los pequeños propietarios se sentían desilusionados porque no se había llevado a efecto una reforma agraria radical. El descontento general fue aprovechado por el eupátrida PISÍSTRATO para usurpar el poder. Apoyado por las masas populares empezó a gobernar como tirano. Numerosos nobles abandonaron Atenas.
Pisístrato dejó subsistir las leyes de Solón, pero hizo que la Asamblea Popular eligiera únicamente a sus partidarios para los cargos públicos. Se preocupó de espacial manera de la población campesina y fomentó la pequeña propiedad. Repartió semillas y fomentó la plantación de olivos. Construyó acueductos y caminos, dando trabajo a los más pobres. Protegió el comercio, aumentó el poder naval y dio apoyó a la fundación de nuevas colonias. Se rodeó de poetas e hizo anotar los poemas homéricos.
Después de la muerte de Pisístrato (527 a.C.) gobernaron sus dos hijos, Hipias e Hiparco. Este fue asesinado por motivos de venganza privada. Hipias, preso de miedo y de la desconfianza, estableció un régimen de terror que hizo nacer un odio general contra él y contra la tiranía.
Por consejo del oráculo de Delfos los eupátridas, apoyados por un ejército espartano, destituyeron a Hipias quien huyó al Asia Menor (510 a.C.).
Clístenes o el triunfo de la democracia en Atenas. Los oligarcas expulsaron a Hipias con la esperanza de restablecer su régimen. Mas, la influencia del demos y el espíritu democrático ya eran tan poderosas que no podían ser suprimidos. El aristócrata Clístenes, un genial estadista y abnegado patriota. Abolió los elementos oligárquicos de la constitución de Solón y fundó la democracia plena, el gobierno del pueblo por el pueblo.
Clístenes suprimió las cuatro tribus en que había estado dividida la población del Atica y dentro de las cuales los eupátridas tradicionalmente habían ejercido el predominio. En su lugar creó diez tribus nuevas, subdivididas cada una en diez demos o circunscripciones territoriales. Los diez demos que integraban una tribu no formaban un conjunto geográfico, sino que estaban repartidos por todo el territorio del Atica. De este modo, en cada tribu había habitantes de la costa, de las montañas y de la ciudad, pescadores y marineros, pastores y campesinos, pequeños propietarios, grandes terratenientes, artesanos y comerciantes. Todos ellos eran ciudadanos y como tales gozaban de los mismos derechos.
Por la creación de las diez tribus se hizo necesaria una modificación de la Bulé: Clístenes aumentó el número de sus miembros de 400 a 500. Este Consejo de los Quinientos estaba formado por 50 delegados de cada tribu, designados anualmente por sorteo. Debía preparar los proyectos de ley que eran sometidos a la Asamblea Popular y debía velar, conjuntamente con los nueve arcontes, por la ejecución de las leyes. Como el Consejo era muy numeroso se elegían 50 miembros que durante la décima parte de un año se encargaban de los asuntos urgentes. Estos debían permanecer día y noche en el edificio del Consejo, siendo los gastos costeados por el gobierno.
A partir de la reforma de Clístenes todas las decisiones importantes eran tomadas por el Consejo de los Quinientos y la Asamblea Popular. Decidían sobre guerra y paz, alianza, impuestos y leyes. En cambio, las atribuciones del Areópago y de los Arcontes sufrieron una fuerte reducción. Los ciudadanos mismos, sin distinción de origen, clase o fortuna, ejercían el poder soberano y participaban en la vida de la Polis, en la política.
Para evitar que alguna persona ambiciosa pudiera poner en peligro la constitución democrática se instituyó el ostracismo (de ostrakon= concha, tejuela en forma de concha). Todos los años la Asamblea Popular era consultada si consideraba que alguna persona constituía un peligro para el Estado. En la votación sé inscribía el nombre en la tejuela. Debían emitirse al menos 6000 votos. Si la mayoría se pronunciaba en contra de alguna persona, ésta debía abandonar la ciudad por un período de diez años. Este exilio no implicaba un perjuicio para su honor o su fortuna. De esta manera los atenienses quisieron asegurarse contra una nueva tiranía.
La reforma democrática de Clístenes continuó y perfecciono los principios de Solón y organizó el Estado ateniense definitivamente como Estado jurídico y democrático, donde el pueblo era soberano y en que la norma suprema era la ideal de justicia. Esparta fue un Estado guerrero; un Estado jurídico. El patriota espartano debía ser valiente; el ciudadano ateniense debía ser justo.

PERICLES Y LA CONSOLIDACIÓN DE LA DEMOCRACIA:

Atenas alcanzó su mayor apogeo bajo la dirección de Pericles quien desempeño durante quince años consecutivos el cargo de estratega supremo (444-429). Pericles descendía de una antigua familia aristocrática, pero se identificó completamente con los principios democráticos. Quiso que todos los ciudadanos y todos los grupos de la sociedad pudiesen participar con iguales derechos en la dirección del Estado.Los campesinos, artesanos y obreros tambiénb habían luchado por el triunfo y la grandeza de Atenas y tenían, por lo tanto derecho a ser escuchados.
Después de la reforma de Clístenes todavía se habían mantenido algunos privilegios a favor de ciertos grupos sociales. Sólo los miembros de las dos clases superiores podían ser elegidos para el Areópago que conservaba el control sobre todo el Estado. Por iniciativa de Pericles el Areópago perdió todas sus funciones políticas y la facultad de vetar las leyes. Los derechos de control sobre las magistraturas fueron conferidos al Consejo de los Quinientos: El magistrado que dejaba su cargo debía rendir cuentas ante el Tribunal Popular, la Heliaia. Los 6000 jurados de este Tribunal eran elegidos anualmente por sorteo entre toda la población. Con el fin de que aun el ciudadano más pobre pudiese desempeñar un cargo público. Pericles hizo pagar una remuneración a cada ciudadano que, por asistir a las sesiones de la Asamblea Popular o por actuar como jurado en la Heliaia, no podía dedicarse a su trabajo. La falta de medios económicos ya no constituía obstaculó para servir al Estado. Se había completado la democracia ateniense.

LA COLONIZACION GRIEGA.

El desarrollo de las ciudades estuvo relacionado con profundos cambios de las condiciones económicas y sociales. Como consecuencia del aumento de la población las tierras se hicieron escasas y surgió la necesidad de buscar nuevas tierras. El desarrollo de las industrias de tejido, de alfarería y de objetos de bronce obligó a buscar nuevos mercados. El intercambio comercial se vio favorecido por el creciente uso de la moneda acuñada que había sido inventada hacia el 600 a.C.,en Lidia, en Asia Menor, país rico en yacimientos de oro y plata.
Para establecer una colonia se elegían lugares cercanos a la costa, de fácil acceso, pero protegidas por montañas y con buenos puertos.
La elección del iba precedida de la consulta hecha a Apolo en el oráculo de Delfos. Los sacerdotes que estaban a cargo del santuario, poseían, tal vez debido a los viajeros completa información acerca de los más diversos lugares.
El proceso de colonización estaba íntimamente asociado con las ideas religiosas; constituía una ceremonia religiosa. Los griegos que iban a fundar una colonia, llevaban consigo tierra de Grecia y la esparcían en el lugar elegido. Llevaban también el fuego sagrado, así como imágenes de sus dioses. De este modo, se mantenía un lazo de unión cultural de lengua y costumbres entre los colonizadores griegos, cualquiera fuese el lugar en que se instalaran.

LAS PRINCIPALES COLONIAS.
La expansión colonizadora de los griegos, se realizó principalmente en dirección a Occidente. La colonia fenicia de Cartago controlaba el Mediterráneo occidental; sin embargo, los helenos ocuparon las costas de España, Francia e Italia. En algunas regiones, los griegos se mezclaron con los grupos aborígenes: en otras constituyeron núcleos de población cerrados como es el caso de Magna Grecia en el sur de Italia.
Entre las colonias griegas en Italia figuran: CUMAS,NÁPOLES SIBARIS, CROTONA y TARENTO. En la isla de Sicilia, fundaron, entre otras, Naxos, Himera Siracusa, Selinus, Gela y Agrigento; Marsella en el sur de Francia, y Emporión en la costa mediterránea española.
La colonización helénica se extendió por las costas del Asia Menor y del mar Negro, donde las ciudades fundadas fueron numerosisimas. Entre ellas se pueden citar Bizancio, Istros, Albia, Calcedonia, Trebizonda, Panticapea y Tanais.

LAS GUERRAS MEDICAS:
Los emperadores medos que habían logrado extender su dominio sobre todo el Asia Menor impusieron su autoridad también a las ciudades griegas en las costas asiáticas. En el año 500 a.C. los jonios se levantaron bajo la dirección de Mileto. Atenas acudió en su ayuda y envió veinte barcos. Mas, los persas lograron reprimir el levantamiento y en el año 494 destruyeron e incendiaron la ciudad de Mileto.
El emperador persa Darío decidió subyugar a Grecia con el fin de privar a los jonios de todo posible apoyo. En el año 490 una escuadra persa desembarcó a un ejército invasor en la playa de Maratón. Mas, el ejército ateniense infligió a los medos una derrota completa. Un guerrero ateniense recorrió los 420km. hasta Atenas para comunicar la feliz noticia. Se había corrido la primera “maratón”. Del día de Maratón data la fama de Atenas. El ciudadano libre de la polis había triunfado sobre los huestes de los sátrapas orientales.
Diez años más tarde el nuevo rey de los reyes, Jerjes, hizo un segundo intento. UN ejército persa atravesó el Helesponto y se dirigió al sur, pudiendo triunfar en las Termópilas, 480 a.C. sobre un pequeño ejército espartano bajo el mando del rey Leonidas. Los trescientos espartanos resistieron hasta el último hombre. Tiempo después se levantó en el lugar del combate un monumento con la inscripción: “Viajero: ve a decir a Esparta que aquí hemos muerto por obedecer sus leyes”. Ante el avance de los persas, los atenienses abandonaron ciudad y se retiraron a las islas vecinas. Los invasores devastaron el Atica, destruyeron Atenas y quemaron los santuarios en la Acrópolis. El almirante Temístocles, mediante hábil maniobra, logró destruir la flota persa en la batalla de Salamina (480 a.C.). El año siguiente, el ejército griego bajo el mando del rey espartano Pausanias conquistó sobre los persas una victoria completa en la batalla de Platea (479 a.C.:) Grecia quedó libre. Quedó salvada la civilización helénica, fundamento de la civilización occidental.

LA HEGEMONÍA DE ATENAS:
Durante las Guerras Persas, Atenas se colocó al frente de los Estados griegos y llegó a ser la primera potencia de la Hélade. Atenas, valiéndose de su poderío naval, organizó la liga de Delos que comprendió casi todas las islas egeas y las ciudades griegas del Asia Menor. Atenas ejerció la hegemonía sobre la Liga, esto es, comandaba la escuadra y administraba el tesoro que se guardaba en la isla de Delos. Formóse así un vasto imperio marítimo ateniense bajo cuyo amparo Atenas pudo desarrollar sus actividades comerciales que hicieron fluir hacia la ciudad la riqueza de toda la cuenca del Mediterráneo.

LA GUERRA DEL PELOPONESO (431-404 a.C.):

El poder de Atenas hirió a los otros estados griegos. Ello se tradujo en envidias y odios que despeñarían a Grecia por el camino de nuevas guerras.
Pero ahora entre ellos mismos, Atenas y Esparta rivalizaron por conseguir el predominio sobre Grecia. Se enfrentaron en una guerra en la participaron todas las polis griegas y las colonias, agrupadas en uno u otro bando. El conflicto estalló cuando Atenas quiso extender su dominio hacia el Mediterráneo occidental y chocó con los intereses de Corinto, que llamó a Esparta en su ayuda. Tras años de lucha, Atenas fue derrotada en la batalla de Egospótamos (405 a.C.)donde quedó totalmente destruido su poder naval y hubo de aceptar condiciones de paz muy duras: entrega de toda su flota, destrucción de sus fortificaciones y disolución de la Liga de Delos.
La lucha por el predominio continuó en Grecia. El individualismo y la desunión hicieron que perdiera lo que más amaba, su libertad. UN pueblo que ella juzgaba extranjero vendría a darle bajo su dominio lo que por si misma no había logrado: unidad. Ese pueblo era el Macedonio, dirigido por Filipo y ubicado al norte de Grecia.

LA RELIGION GRIEGA:
El espirítu crítico de los griegos los condujo a la observación y reflexión sobre la vida, el mundo y el hombre.
En un principio- según ellos- sólo existía el Caos, un gran espacio abierto, una masa carente de estructura. Tenía fuerzas intrínsicas latentes las que, al organizarse originaron y perpetuaron la vida. La tierra, Gea, era la condensación de esta materia; ella junto con Eros, el Amor, fueron los creadores de toda la vida. La fuerza que ordenó El Caos , dejó en la tierra poderes generadores.Los dioses nacieron de alguna manera de esta materia informe y de la fuerza ordenadora. En ella también se engendraron las formas existentes en la superficie: vegetales, animales y el hombre mismo.
La vida y sus diversas expresiones provinieron de este espirítu o fuerza . El intento de penetrar en el misterio de la existencia, hizo surgir los “mitos”.

LA MITOLOGÍA:
La palabra mitología procede del griego mythos, que significa fábula, y logos, estudio o tratado. Para los griegos, como para otras sociedades antiguas, la mitología era la historia de seres superiores. Los mitos se refieren siempre a una creación; cuentan cómo nace algo, o cómo se estableció algún tipo de comportamiento, alguna forma de trabajo. Y por eso, sirvieron de modelo para el comportamiento de los hombres. A través de ellos se penetraba en el origen de las cosas.
Así como la mujer engendra y es madre, para los griegos la Tierra, Gea, es la progenitora y la Madre universal.
La función de padre fue asumida primero por Urano, que encarnaba el cielo; después por Cronos, el tiempo, y finalmente por Zeus, consagrado como padre de los dioses y de los hombres. Los otros dioses surgieron de otros hechos y relaciones vinculados con la vida el mundo. La religión griega, además de ser politeísta, era antropomórfica, es decir, representaba a sus dioses con forma humana.Pero los dioses no sólo tenían figura humana, sino que eran considerados al igual que los hombres, con sus mismos vicios y virtudes, aunque con algo que los ponía por encima de ello; la posesión de la inmortalidad y, en cierto grado, de la omnipotencia.
Los dioses no vivían apartados de los hombres ni de sus asuntos. Constantemente, se mezclaban en éstos y en las vidas de aquéllos. Y, por los hombres, los propios dioses se enemistaban e incluso luchaban entre sí.
Los dioses principales eran los “olimpicos”, llamados así porque vivían en el monte Olimpo, presididos por el más importante de todos: Zeus, que era el dios supremo, padre de los dioses, que encarnaba la protección, la disciplina y la justicia. Era omnipotente, estaba por encima de todos los dioses: es el señor de la vida y la muerte. Juntó a él, está el Panteón o conjunto de dioses. Zeus, a pesar de su majestuosa paternidad, tenía aventuras amorosas, las que por lo general encerraban alguna enseñanza.
Hera, hermana y esposa de Zeus, era la reina del Olimpo.Personificaba la familia, el amor conyugal, la fidelidad y la maternidad. Al igual que los demás dioses, tenía debilidades humanas. Sus quejas constantes frente a Zeus, sus celos y sus venganzas, la muestran como la diosa con carácter más realista dentro de todas las de la mitología griega. Su culto fue de especial importancia entre las mujeres.
Atenea. Según la tradición, fue la hija de Zeus y de Metis, la prudencia. Encarnaba la intelligencia y la sabiduría. Era la protectora, tanto en la guerra como en el trabajo diario. Representaba la lucha racional y justa cuyo objetivo era defender ideales elevados, difundir la cultura y asegurar la paz.
Apolo, dios de muchas facetas, representaba la luz solar, sin la cual nada era posible para los griegos. Encarnaba la iluminación espiritual y física. Era guía de pastores, faro de navegantes, fertilizador de la tierra, inspiración de los artistas y protector de la salud. Es el principal arquetipo de la belleza masculina.
Poseidón. Los griegos lo representaban erguido con un tridente en las manos: una de sus piernas se apoyaba en una en una roca o sobre el lomo de un delfín: tenía una expresión de gran virilidad y de extraordinaria fuerza. El mar era su reino. Era el dios de las aguas, los terremotos y las tempestades. Vivía en un hermoso palacio en las profundidades del mar Egeo. Hermano de Zeus, se lo consideraba casi su igual.
Ares, hijo de Zeus, simbolizaba la guerra. Vivía constantemente acompañado del Terror y la Discordis. Nunca fue totalmente aceptado por los griegos, que siempre estuvieron más inclinados al comercio, a las artes y a la sabiduria que a la guerra. Era un dios cruel que constituía para ellos un mal necesario.
Afrodita. Nacida del mar, era, al parecer,una diosa incorporada desde el Oriente. Era la diosa de la belleza y del amor, genuina representante de la mujer. En Afrodita, los griegos representaban el saber sobre la vida y la muerte . La vida era para los griegos un corto ciclo de juventud, plenitud y vejez. Realidad que no podían cambiar ni siquiera los dioses. Hombres, animales y plantas estaban sometidos al mismo destino. Afrodita encarnaba el poder reproductor de la naturaleza a quien se confiaba el futuro de la especie.
Artemisa era la hermana de Apolo. Se la representaba con un arco. Diosa de la caza, su reino eran las montañas, bosques y lagos. Era al tiempo protectora de los animales salvajes, porque trataba de preservar su vida, evitando una caza indiscriminada, sobre todo en las épocas de gestación. En este mismo sentido, era protectora de la juventud y encarnaba la virginidad.
Dionisio era una divinidad de origen oriental. Dios del vino y de la alegría. A través del vino Dionisio permitía a los hombres abandonar sus preocupaciones, desvanecer el miedo. La vida adquiríaesplendor; los hombres desarrollaban una confianza que les permitía emprender grandes acciones. Pero el vino producía también barbarie y locura.
En honor a Dionisio se organizaban las fiestas dionisíacas, realizadas a lo largo de Grecia durante el verano. A ellas está vinculado el origen del Teatro.
Las anteriores son algunas de las divinidades primordiales del mundo helénico.Junto a ellas hay numerosos dioses de segunda importancia.
Con el tiempo, los dioses griegos pasaron a la tradición religiosa romana con las mismas características, pero con otros nombres.
Los héroes. Junto a los dioses, existían en la mitología griega unos seres intermedios entre dioses y mortales: eran los héroes, hijos de un dios y un mortal. Los principales fueron: Heracles o Hércules. El héroe de Esparta y el más famoso de todos, autor de doce extraordinarias hazañas o “trabajos”; Teseo, el héroe de Atenas, que triunfó sobre Minotauro de Creta; Edipo, el Héroe de Tebas, vencedor del terrible mostruo o esfinge que tenía amedrentadas a las gentes; Jasón, relacionado con la búsqueda del vellocino de oro junto a sus compañeros, los Argonautas.

CUESTIONARIO:


ACTIVIDAD

3º MEDIO



1) ¿A que se debió el carácter guerrero de los espartanos?









2) Señale a que grupo social(espartano, perieco o ilota) corresponden cada una de las siguientes características:

  • Eran libres pero no tenían derechos políticos:
  • Se dedicaban al comercio:
  • Tenían todos los derechos:
  • No poseían ningún derecho:
  • Ocupaban los mas altos cargos públicos:
  • Eran esclavos del Estado:
  • Eran los dueños de las grandes propiedades:



3) Explique la importancia de Licurgo para la historia espartana









4) Señale a que institución política(Monarquías, Gerusía, asamblea Popular o Eforos) corresponden cada una de las siguientes características:

  • Aprobaba o rechazaba la Guerra:
  • Gobernaba Esparta:
  • Administraba el tesoro público:
  • Tenía autoridad sobre la vida o la muerte:
  • Preparaba las leyes:
  • Podía destituir a un rey:
  • Consejo de Ancianos:



5) Señale tres características de la forma de vida del espartano:



  1.  



  1.  



  1.  





6) Con respecto a la organización política de Atenas, defina los siguientes términos:



  • Arconte:





  • Eupátrida:





  • Aerópago:





  • Demos:



7) Con respecto a la organización política de Atenas, explique la importancia de los siguientes personajes:



  • Dragón:



  • Solón:



  • Pisístratos:



  • Clístenes:



  • Pericles:

















8)      Explique la causa de las Guerras Medicas









9)      ¿A que se debe el nombre de las Guerras Medicas?



3) Con respecto a las Guerras Médicas y el siguiente mapa, indique la letra del mapa que corresponda en cada uno de los siguientes conceptos:

-          Jerjes:
-          Primera Guerra:
-          Marítima:
-          Participación de Esparta:
-          Batalla de Salamina:
-          Segunda Guerra Médica:
-          Darío:
-          Marathon:



   
 

 
4)      ¿Cual fue la consecuencia de las Guerras Médicas?





5)      ¿Por qué se dice que la Formación de la Liga de Delos incitó el origen de la Guerra del Peloponeso?



6)      Bajo que circunstancia se inició la Guerra del Peloponeso?





7)      ¿Cual fue la consecuencia de las Guerra del Peloponeso?




1) Relacione en una explicación lógica las siguientes conceptos:

• Imperio persa
• Mileto
• Causa
• Comercio
• Atenas
2) Explique la importancia para las guerras medicas de los siguientes conceptos:
• Jerges
• Maratón
• Pausanias
• Salamina
3) ¿por qué se dice que el resultado de las guerras medicas es la causa de las guerras del Peloponeso?

4) ¿A qué se debe el nombre otorgado por los historiadores?
• Guerras Médicas
• Guerra del Peloponeso
5) Señale 2 diferencias y 2 igualdades entre las Guerras Medica y del Peloponeso

6) ¿Cuál es la importancia histórica de la guerra del Peloponeso?

7) Qué significa que la religión Griega sea mitológica?

8) ¿Qué hace diferente a un dios, semidiós y a una persona?

9) Identifique a los siguientes calificativos con alguna divinidad Griega
• Cacería
• Sabiduría
• Mensajero
• Belleza
• Maternidad
• Belleza masculina
• Juventud femenina
• Herrería
• Fiesta

10) Identifique y caracterice brevemente las etapas en que evoluciono el arte Griego

11) Señale a lo menos dos características( también un representante distintico si es que es conocido en las siguiente áreas del arte y cultura griega)
• Filosofía
• Historia
• Escultura
• Teatro
• Medicina
• Arquitectura



sábado, 2 de julio de 2011

LA CIVILIZACIÓN ROMANA



UBICACIÓN TEMPORO-ESPACIAL:

Ubicar en el espacio a la Civilización Romana presenta una particularidad, pues hay que ubicarla en tres planos distintos; La ciudad De Roma, localizada al centro oeste de la Italia; La península Itálica, ámbito por donde se extendió inicialmente la dominación Romana, ubicada al centro sur del Continente Europeo(Italia es una de las tres penínsulas que tiene Europa en el Mar Mediterráneo: Ibérica, Itálica y Balcánica) y por último, el Imperio Romano, Que comprendía todos los contornos del Mar Mediterráneo.


La característica más importante de la geografía histórica de Italia es la estrecha interacción entre llanura, piedemonte y montaña. Sólo alrededor de un quinto de la superficie total de Italia está considerada oficialmente como llanura( es decir , tierras que no superan los 300 metros de altitud); de ella, más del 70% se encuentra en el valle del Po. El resto, alrededor de dos quintas partes, está clasificado como montaña( por encima de 1000 metros de altitud) y el territorio restante como piedemonte( entre 300 y 1000 metros de altitud). La alternancia de estos tipos de relieve y su distribución a lo largo y ancho del país crean una gran diversidad de condiciones climáticas y grandes contrastes paisajísticos entre una región y otras.
Italia está separada de Europa central por la gran barrera de los Alpes. A pesar de su altitud, estas montañas no la han mantenido aislada del resto del continente. Si bien las nieves invernales los hacen impracticables durante más de la mitad del año, la mayoría de los pasos de montaña eran conocido desde los tiempos más remotos. Durante toda la historia han tenido lugar movimientos de pueblos a través de los Alpes, a veces en gran escala, por ejemplo las incursiones de los celtas y los cimbrios en el período republicano y las invasiones bárbaras de los siglos V y VI de nuestra era.
Aunque no hay ninguna duda sobre la unidad geográfica del territorio italiano al sur de los Alpes, es conveniente hacer una distinción entre “ Italia continental”, formada por el valle del Po y sus bordes montañosos (los Alpes en el Norte, los Apeninos en el sur ), e “ Italia peninsular2 , que comprende el resto del país con excepción de las islas. Estas dos áreas son diferentes en clima y en topología, así como en su desarrollo cultural y económico.
Como continuadora del legado de Grecia, Roma representa para la cultura occidental el nexo con el mundo clásico. Roma entregó varios e importantes aportes a nuestra cultura, logrando una unidad al mundo del conocido, que sería clave en el posterior desarrollo de la humanidad.
La historia romana puede ser dividida en tres períodos:
I.- Monarquía: Que abarca un período de tiempo entre los años 750 a.C. hasta el año 510 a.C.
II.- República: Desde al año 510 a.C. hasta el 27 a.C.
III.- Imperio: Desde el año 27 a.C. hasta el año 476 d.c., año en que se inicia el período de la humanidad llamado Edad Media.

ORIGENES

En cuanto a los orígenes de Roma, al igual que en muchos pueblos de la antigüedad, nos enfrentamos a una versión de carácter mitológico y a otra de carácter histórico.
Versión Mitológica:
Esta fue dada por el poeta latino Virgilio, quién en su libro “ La Eneida”, cuenta las aventuras del héroe troyano Eneas. Este, después de que Troya cae en manos de los aqueos, llega a la región italiana del Lacio, en donde contrae matrimonio con la hija del rey latino, Lavinia. De esta unión matrimonial nace una hija llamada Rea Silvia, la cual a su vez, tiene dos hijos con el dios de la guerra Marte, estos fueron Rómulo y Remo. Un hermano de Rea Silvia, celoso de que los hijos de Marte heredaran el torno, los hace desaparecer colocándolos en un canasto en el río Tiber. La leyenda continúa señalando que ambos hermanos se salvan de la muerte al ser amamantados por una loba. Así, fueron estos mismos hermanos los que fundaron una ciudad a los pies del Monte Palatino, Roma ciudad que durante muchos siglos regiría los destinos del mundo. Estos relatos continúan con la muerte del Remo a manos de su hermano por negarse a acatar las leyes. Los romanos tomaron estos relatos como cierto y de esta forma se explicaban sus orígenes.

Versión Histórica:
Según la moderna investigación, hoy sabemos que el pueblo que habitaba la zona que hoy es conocida como Roma, eran el de los Latinos y que se agruparon en una serie de aldeas al sur del río Tiber. Como es natural, estas aldeas terminaron uniéndose y alrededor del siglo VIII crearon una ciudad que luego sería conocida como Roma.
Sin embargo, la independencia fue muy breve puesto que prontamente cayeron bajo el dominio de los etruscos, quienes sometieron a los pueblos ubicados desde la Toscana al sur.
¿Quiénes eran los Etruscos? Hasta el día de hoy no es posible asegurarlo a ciencia cierta. Al parecer, era un pueblo que provenía de los fenicios; pero lo que sí se sabe a ciencia cierta es que éste pueblo fue de una tremenda importancia en el desarrollo histórico y cultural de los posteriores romanos. Al someter los etruscos a los latinos, les aportaron a éstos los conceptos urbanísticos que luego pasarían intactos a Roma.
Los etruscos habitaron la región al norte del Tiber que, debido a esto, pasó a conocerse hasta hoy como Etruria. Vivían en pequeñas ciudades independientes, entre las que se destacaron Veyes, Ceres y Tarquinia. Gozaron del desarrollo de la metalurgia del bronce y del hierro. Los productos que desarrollaron los comerciaron a través del Tirreno con los griegos.
Los etruscos gobernaron Roma como reyes y según cuenta la tradición, después de Rómulo vendrían seis reyes etruscos, siendo el último de ellos, Tarquino, el Soberbio. Los etruscos llevaron adelante profundas transformaciones en toda la zona del Palatino. Desecaron pantanos, iniciaron construcciones como la cloaca máxima, el Foro romano, etc.
Entre otros aportes tenemos la valorización de la mujer ( la cual en Grecia tuvo más bien un papel discreto), el culto a los muertos, etc.
En esta etapa de la historia romana el rey concentraba en sus manos todos los poderes, pero era ayudado por un cuerpo consultivo, el senado.

EVOLUCION POLÍTICA DE ROMA:

LA REPUBLICA:

La leyenda se refiere a los numerosos crímenes y actos despóticos cometidos por el rey etrusco y sus hijos. Finalmente los patricios romanos se levantaron y hacia el año 500 a.C. expulsaron a Tarquino de la ciudad. Nunca más querían tolerar a un monarca en Roma. La palabra “rey” se hizo odiosa. Roma debía ser una “república”, esto es, el Estado no debía ser de uno , sino del todo el pueblo, debía ser “ res publica” (cosa pública).
El gobierno fue asumido por las familias aristocráticas que se consideraban los verdaderos representantes de la ciudadanía romana, del “populus romanus”. Estas familias derivaban su origen de algún antepasado ilustre(pater) y por eso se calificaron orgullosamente de “patricios”. Debajo de ellos estaba la plebe que constituía la masa de la población y que estaba formada por los artesanos, comerciantes y campesinos. Los plebeyos poseían la libertad personal, pero no pertenecían al “populus” y, por tanto, no poseían derechos políticos. Los patricios se mantenían rigurosamente separados de la plebe. Sólo ellos disfrutaban de los derechos públicos, sólo ellos ocupaban las magistraturas, los asientos en el senado y las dignidades sacerdotales. No permitían que un plebeyo se casara con una patricia: no había “connubio” entre plebe y patriciado. Si un plebeyo quería disfrutar de seguridad personal, debía colocarse bajo la protección de un patricio. De este modo, los patricios más poderosos se convertían en “patrones” de un gran número de “clientes”.
La república romana careció de una constitución escrita. La vida política, al igual que la vida de la familia, se guiaba por la tradición y la costumbre inmemorial. Una organización política vigorosa debía poner a Roma en condiciones de hacer frente a todo peligro externo. Todo debía quedar sometido a los intereses superiores del Estado y del bien común. Los magistrados quedaron investidos de una fuerte autoridad con el fin de poder obligar a todos los ciudadanos a servir al Estado.

LAS MAGISTRATURAS ROMANAS:

El cambio más importante que se produjo a raíz de la abolición de la monarquía y la institución de la república fue el reemplazo del rey por dos cónsules, elegidos anualmente por la asamblea popular. Los signos externos de su poder eran la silla curul, la toga pretexta y el cetro de marfil. Eran acompañados de doce lictores cuyos fasces y hachas eran símbolos de que los cónsules tenían poder sobre vida y muerte. Los cónsules duraban sólo un año en su cargo y debían rendir cuenta de su acción ante la asamblea popular.
Cada uno podía vetar y anular las resoluciones del otro. De esta manera, se quería evitar que uno abusase de su poder y se convirtiese en tirano.
En tiempos de guerra o de grave crisis externa se podía nombrar a un dictados en lugar de los cónsules. Todos debían someterse a sus órdenes. Pasado el peligro, el dictador debía renunciar y de ningún modo podía permanecer en su cargo más de seis meses.
Los dos cónsules dirigían el Estado y comandaban el ejército. A medida que Roma fue creciendo se hizo necesario crear otras magistraturas a las cuales se encomendaron funciones específicas. Los censores, elegidos por cinco años, realizaban cada lustro un censo con el fin de determinar la fortuna de los ciudadanos y de distribuirlos en sus respectivas clases y centurias.
Los censores velaban además sobre las buenas costumbres y sobre la preservación de la tradición. Los seis pretores o jueces estaban a cargo de la administración de justicia. Los ediles tenían bajo su dirección a la policía y vigilaban los mercados y los precios. Dos cuestores administraban el tesoro público que se guardaba en el templo de Saturno.
La institución política más importante era el Senado, formado por unos trescientos patricios que ocupaban su cargo en forma vitalicia. Los senadores eran hombres de gran experiencias y autoridad. Controlaban a los cónsules y sus opiniones, los senadoconsultos, eran obedecidos por los cónsules como leyes. El senado sancionaba las resoluciones de la asamblea popular y vigilaba el cobro de los impuestos y la hacienda pública.
Sólo los patricios y sus clientes integraban la asamblea popular. Esta decidía sobre guerra y paz, elegía a los cónsules y demás magistrados y votaba los layes.

EXPANSIÓN ROMANA:

Obligaba por los conflictos con sus vecinos, que recelaban de su poder, Roma gradualmente procedió a anexar nuevos territorios, tanto al norte como al sur, hasta que llegó a dominar toda la península itálica. En ese proceso, debieron luchar contra los Galos, los samnitas, los etruscos, los griegos de la Magna Grecia, que contaron con la ayuda militar del Rey Pirro, de Epiro. Entre los siglos V y III a.C. Roma logró unificar toda Italia bajo su soberanía.
Los romanos pudieron vencer en todas estas luchas debido a la mayor disciplina de su ejército, formado por los soldados campesinos, que defendían sus tierras y sus tradiciones frente a la amenaza de otros pueblos. Los ejércitos romanos estaban organizados en legiones, apoyadas por cohortes constituidas por los pueblos aliados.
Otro factor que contribuyó a la victoria fue la gran habilidad política y diplomática del Senado, que siempre trató de enfrentar divididos a los enemigos de Roma, fomentando sus discordias y, a la vez, tratando de convertir a los vencidos en aliados.
Como resultado de la unificación de la península por parte de Roma, se conformó la confederación itálica. Posteriormente a todos los habitantes se les daría la ciudadanía romana.

LAS GUERRAS PÚNICAS Y LA CONQUISTA DEL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL:

Unificada Italia bajo la dirección de Roma, consolidada éste como potencia militar y comercial, requirió ahora controlar las rutas marítimas del Mediterráneo y el Tirreno. Pero en tal empeño chocará con Cartago, gran potencia marítima y comercial ubicada en el norte de Africa, con posesiones en el sur de España, dueña de las islas de Córcega y Cerdeña, Baleares y Malta. Aparte de su gran flota, militarmente Cartago poseía un numeroso ejército de mercenarios.
El choque entre Roma y Cartago sólo podía resolverse mediante la guerra. Los conflictos armados entre ambas potencias recibieron el nombre de guerras Púnicas, puesto que los cartaginenses eran también conocidos con la denominación de “punos”.
a) Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.). En sus inicios, este conflicto se desarrolló en el mar, donde los cartaginenses mostraron una clara superioridad sobre los romanos. Estos, en vistas de tal situación, reforzaron su flota e intentaron convertir los combates navales en terrestres, mediante la táctica de abordar a los barcos enemigos y resolver las batallas con el uso de la infantería actuando sobre las naves. Los resultados fue ron exitoso y, después de una serie de alternativas, la flota cartaginesa fue totalmente destruida. Así, la guerra se resolvió a favor de Roma. Como resultado, Cartago debió entregar a los vencedores la isla de Sicilia. Luego, los romanos se apoderaron de Córcega y Cerdeña. Roma se había convertido en una potencia marítima. Sin embargo, Cartago no estaba destruida.

b) La Segunda Guerra Púnica (219-202). Bajo el gobierno de la familia Barca, Cartago se recuperó de las pérdidas de la guerra y pronto volvió a emerger como una gran potencia comercial y marítima. Esto tenía que traer consigo nuevos choques con Roma. Y así sucedió efectivamente. La iniciativa la tomó Cartago, cuyas tropas al mando del gran estratega Aníbal, tomó posesión del sur de España para luego, al mando de un gran ejército, que incluía una considerable cantidad de elefantes, cruzar los Alpes y caer sobre el norte de Italia. En la península obtuvo resonantes victorias, entre las que sobresalen las de Trebia, Trasimeno y la de Cannas (216).
No obstante, Aníbal,que estuvo a las puertas de Roma, nunca se atrevió a dar la batalla decisiva puesto que consideraba que aún requería más refuerzos para ello.
Después de dos años de escaramuzas, Roma estuvo en condiciones de pasar a la contraofensiva. Colocado al mando de las tropas Escipión, resolvió éste llevar la guerra fuera de Italia con el fin de sacar de allí a Aníbal. Así, pues, Escipión emprendió una campaña en España, tomando el sur de la península ibérica.
Luego pasó al norte de Africa con la pretensión de atacar Cartago. Ante tal situación, las autoridades cartaginesas mandaron a Aníbal regresar con el fin de colaborar en la defensa. El año 202 se dio la batalla de zama, que resolvió el conflicto a favor de los romanos. Aníbal debió huir para salvar su vida.
Como consecuencia de la segunda guerra púnica, Roma se apoderó de las posesiones cartaginesas en el sur de España y en el noreste de Africa. De tal manerapasó a convertirse en la dueña del Mediterráneo Occidental. Cartago, por su parte, quedó transformada en un protectorado romano.

c) Tercera Guerra Púnica. Luego de su derrota, una vez más Cartago se recuperó económicamente. Su próspera agricultura le hacía la competencia a los productos de los latifundios romanos. Estos hizo surgir una corriente en el senado, encabezada por catón el censor, que propugnaba la destrucción definitiva de Cartago. En definitiva, esta corriente logró imponer sus pretensiones.
Aprovechando que los catagineses entraron en guerra con un aliado de Roma, ésta movilizó sus contingentes hacia Africa. Sin embargo, Cartago demostró estar dispuestos a someterse a las exigencias romanas, para lo cual incluso llegó a entregar parte de sus armas. No obstante dichas exigencias fueron muy altas; se les pedía abandonar su ciudad definitivamente y que se dispersaran por el desierto. Entonces, Cartago se decidió a combatir. Los romanos se impusieron completamente y luego procedieron a destruir la ciudad vencida, esparciendo sal sobre su tierra arrasada.

Formación del Imperio Romano


LA CONQUISTA DEL MEDITERRÁNEO ORIENTAL:
Dueña de la parte Occidental, Roma luego se lanza a la conquista del Mediterráneo Oriental. Allí existía una serie de Estados helenísticos, es decir, salidos de la desintegración del imperio de Alejandro Magno. Roma los fue sometiendo y absorbiendo gradualmente. Como resultado de la batalla de Cinocéfalos (197) y Pidna (168 a. C.) quedó vencida Macedonia, la que en el 142 a. C. fue convertida en provincia romana. En el 190 a. C. Roma logró derrotar al Rey Antíoco III de Siria, estableciendo como producto de ello, su protectorado sobre el Asia Menor. Luego, se conquistó Grecia, la que en el 127 a. C., con el nombre de Acaya, quedó integrada a la soberanía de Roma en calidad de provincia. En el Oriente, pues, sólo Egipto no cayó bajo el poder romano, por el momento.

OTRAS CONQUISTAS EN EL OCCIDENTE:
Para consolidar su supremacía en el mediterráneo occidental, Roma debió proceder a hacer otras conquistas. En efecto, para mantener tal supremacía se requería fortalecer las posiciones romanas en el sur de España, lo cual, a su vez, obligaba a conquistar el norte de la península Ibérica, así como también Portugal, ambas regiones habitadas por pueblos celtiberos y lusitanos, respectivamente. La empresa fue larga. Sólo en el año 133 fueron sometidos los primeros, luego del sangriento sitio de Numancia. Los segundos lo fueron en el 139 a: C.
Luego, para mantener una comunicación expedita entre Italia y la península Ibérica, los romanos se empeñaron en conquistar el sur de la Galia. Fue así como en el 122 a.C. la de Narbona. Con aquellos territorios se constituyó la provincia de Provenza.
La Organización de los territorios Anexados:
Los territorios que Roma fue conquistando, quedaron ubicados en status diferente.
Fueron los siguientes.
a) Colonias. Estos eran territorios en los cuales se establecía una población romana, la que garantizaba el dominio de la región. Estos establecimientos reproducían la constitución romana y se manejaba con cierta autonomía.
b) Federados. Eran los territorios que, habiendo sido sometidos por Roma, luego, a través de tratados, permanecían fieles a ésta, como aliados, quedando sus pueblos en libertad, pero obligándose a participar junto a Roma en las guerras en que ella se viera envuelta. A cambio de su lealtad, recibían una serie de concesiones. Con el tiempo, a los federados que se encontraban en Italia, se les concedió la ciudadanía romana.
c) Provincias. Eran aquellos territorios conquistados y ocupados permanentemente por tropas romanas. Carecían de toda independencia y eran gobernados por un procónsul nombrado por Roma. Por lo común, las provincias eran víctimas de una intensa explotación, a través de onerosos tributos y otros variados procedimientos.


CRISIS DE LA REPÚBLICA:

La expansión de Roma por todo el Mediterráneo trajo una serie de consecuencias y cambios en todo orden de cosas. En lo cultural, se produjo una penetración del helenismo, lo que se tradujo en una pérdida de las primitivas y sencillas costumbres y tradiciones que habían caracterizado a la sociedad romana. En su reemplazo advino una afición por el lujo y el refinamiento, tanto en los hábitos como en los aspectos culturales y literarios. El idioma griego se puso de moda entre los altos círculos y era de buen tono conocerlo.
En lo religioso, llegaron a Roma una serie de cultos orientales, traídos principalmente por los soldados que incursionaban en los ejércitos en esas regiones. Sobresalió al respecto el culto a Asis y Mitra. En correspondencia con este fenómeno, se fueron perdiendo las antiguas creencias.
En lo económico, hacia Roma fluyó una enorme cantidad de riquezas producto principalmente de la explotación de las provincias. Se constituyeron aún más grandes fortunas, las que frecuentemente fueron empleadas en la usura, la que se convirtió en un lucrativo negocio más. Los grandes capitales que así se formaron, a diferencia de lo que ocurrirá en la época moderna, no se invertían en la producción sino, como se dijo, en los préstamos usurarios y en los bienes suntuarios.
En lo social, se ahondaron notoriamente las diferencias. Se formó una clase plutocrática, llamada “ecuestre” o de los “caballeros”, dueña del gran comercio y del dinero , enriquecida con la explotación de las provincias, prestamistas usureros, cobradores de impuestos entregados en consignación por el Estado para los efectos de las provincias, etc. Sobre ella se encontraba la clase senatorial o aristocracia, es decir, los patricios, dueños de gigantescos latifundios. Este sector era el que tenía el poder político. Por lo común despreciaba la actividad comercial, a la que consideraba indigna.
Más abajo, se formó un proletariado ocioso en las ciudades, que no eran otros que los campesinos arruinados, que no podían vender sus productos, puesto que desde las provincias esos mismos bienes llegaban a un precio mucho más bajo. De allí su ruina. Obligados a vender sus tierras, emigraban hacia las urbes, donde vegetaban sin ninguna actividad permanente.
Al mismo tiempo, la esclavitud creció extraordinariamente. Las minas, las tierras e incluso alguna artesanía, era realizada por los esclavos, que fluían a Roma como producto de las conquistas.
En lo político, la expansión hizo entrar en crisis al régimen republicano, puesto que éste había sido creado para los efectos del gobierno de la Ciudad-Estado, siendo adecuada para ello, pero no para gobernar un gigantesco territorio como el que se había conquistado.

LAS GUERRAS CIVILES: hacia el fin de la república.

Todos los fenómenos reseñados dieron origen a una serie de conflictos del más variado tipo, desde las grandes rebeliones de esclavos, hasta intentos de introducir reformas destinadas a resolver algunos de los problemas existentes. Entre estos últimos sobresalen los de los hermanos Gracos, quienes se esforzaron por llevar a cabo una reforma agraria que entregara tierras a quienes no la poseían, para así reconstruir el campesinado medio, que había sido la base de la vida romana. Para hacer esta redistribución de la tierra planteaban la necesidad de que los patricios devolviesen el ager públicus, del cual, en la práctica se habían apropiado.
El año 133 Tiberio Graco, esgrimiendo los planteamientos arriba citados, fue elegido tribuno de la plebe, consiguiendo que se aprobara la ley de reforma agraria. Sin embargo, en medio de las conmociones y luchas que se desataron, murió asesinado en manos de los patricios. Diez años después, en el 123 a. C, su hermano cayo Graco, elegido igualmente tribuno de la plebe, persistió en el intento de impulsar la reforma agraria. No obstante, fue asesinado en disturbios callejeros, donde murieron muchos de sus partidarios. En definitiva, la reforma agraria no se hizo y la ley respectiva quedó derogada.
Los conflictos sociales en los que participaban los patricios, los caballeros y la plabe se agudizaron a tal punto, que se convirtieron en permanentes guerras civiles, con intervención del ejército y de los generales que representaban a uno u otro bando. De tal modo, se estableció una sucesión de dictaduras. Así ocurrió con el gobierno de Mario, que se apoyaba en el partido popular y que sometió al senado. Luego advino la dictadura de Sila, que representaba al patriciado y que restauró la influencia del Senado. Todo esta sucesión de gobiernos se verificó en medio de guerras civiles y violencias extremas de parte de uno y de otro bando.
Las instituciones republicanas ya prácticamente no funcionaban: sólo la fuerza valía. Luego de la dictadura de Sila, tres generales hicieron un acuerdo secreto para repartirse el poder y apoyarse mutuamente: fue el llamado “Primer Triunvirato”, conformado por Julio César, Pompeyo y Craso. En el fondo se trataba de una alianza contra la clase senatorial patricia, que hasta entonces controlaba el poder. El primer triunvirato representaba una coalición entre los caballeros y el partido popular contra la aristocracia representada por el senado.
No obstante, el triunvirato se romperá pronto. Craso fue sacado de la escena en un corto tiempo. Julio César, por su parte, partió a conquistar las Galias, persiguiendo con ello ganar prestigio, riquezas y poder militar. Mientras tanto, Pompeyo se quedaba en Roma ejerciendo su poder sobre el senado.
Entre el 58 y el 51, César conquistó las Galias. Habiéndose hecho fuerte en esta empresa y ganando prestigio y apoyo entre el pueblo, se aprestó a volver a Roma con sus ejércitos a fin de imponer su voluntad sobre Pompeyo. El 49 a.C. cruzó el río Rubicón, ingresando en territorio de Italia, mostrando con ello sus pretensiones. Después de las batallas de Lérida y Farsalia, derrotó totalmente a Pompeyo e impuso su poder personal en Roma, sometiendo al senado.

El Gobierno Personal de Julio César (48-44 a.C.):

Con la instauración del gobierno personal de César la república en los hechos ya casi no existía. Basado en su prestigio, en el apoyo del pueblo y en su ejército, César desplazó a la nobleza senatorial. Esta pronto empezó a conspirar para recuperar su situación, con el pretexto de reconstituir las instituciones republicanas. En el año 44 a.C., cuando se disponía a entrar al senado, Julio César fue asesinado por Bruto, Casio y otros senadores, quienes pretendían con ello obtener el apoyo popular y así restaurar la república aristocrática.
Sin embargo, la situación se dio muy diferente a lo esperado por los conspiradores. En efecto, la reacción de la multitud al saberse la noticia, fue de absoluto rechazo al crimen, generándose una violenta reacción contra el patriciado. En este contexto, los amigos personales más cercanos de César, personaje de gran influencia y poder, formaron el segundo triunvirato con el objeto de retener en sus manos el poder y castigar a los autores del asesinato. Este segundo triunvirato estuvo formado por Marco Antonio, Octavio y Lépido.
Luego de poner en práctica fuertes represalias contra la nobleza senatorial, los triunviros se repartieron el poder. Octavio quedó gobernando la parte occidental del territorio romano. A Lépido le correspondió Africa y a marco Antonio la parte asiática.
Pero, al igual como había sucedido con el primer triunvirato, el segundo estaba destinado a romperse puesto que cada uno de sus miembros aspiraba a concentrar todo el poder en sus manos. Pronto Lépido fue separado de sus funciones. Entonces quedaron frente a frente Octavio y marco Antonio. Este último se había ido a establecer en la corte de la reina Cleopatra en Egipto, adoptando la mentalidad oriental. El enfrentamiento decisivo entre ambos se dio en la batalla de Accio (31 a.C). Como producto de ella, Octavio quedó dueño de todo el territorio, procediendo a instaurar su poder personal. La república, en los hechos, había llegado a su fín.
EL IMPERIO ROMANO:

La instauración del poder personal de Octavio se hizo manteniendo todas las apariencias de que la República continuaba existiendo. A aquél le fueron entregadas todas las magistraturas por parte del Senado y los Comicios. Pero esto no era nada más que un formulismo puesto que Octavio controlaba personalmente el poder en virtud de su mando sobre el ejército. Fueron justamente sus tropas las que lo denominaron con el título de “ Imperator”, que hasta entonces se reservaba a quienes detentaban el mando militar.
En las nuevas condiciones, pues, se estableció la ficción de que era el pueblo romano quien delegaba la autoridad en manos de Octavio, el que luego pasó a ser denominado Augusto, titulo concedido por el Senado. En virtud de esa ficción Augusto fue considerado como el primer ciudadano, es decir. Como el príncipe.
Se llama principado a la primera fase del imperio romano en el cual el poder personal basado en el ejército se reviste la apariencia de una delegación por parte del pueblo a través del senado y los comicios. En consecuencia, esta fase comenzó con Augusto quien, en los hechos, fue el primer emperador.

EL GOBIERNO DE AUGUSTO.

Bajo este gobierno se puso fin a las guerras civiles y se consolidó la paz, al tiempo que sucedía lo propio con el poder personal.
Asumido el mando, Augusto procedió a reorganizar el imperio. Así estableció dos tipos de provincias, cada una con su administración y finanzas diferenciadas. Unas se llamaron provincias senatoriales, las que quedaron bajo la autoridad del Senado, quien designaba un procónsul para su administración. Los recursos económicos con que contaban para su financiamiento constituían lo que se denominaba el erario. Las otras eran las provincias imperiales que quedaron bajo la tuición directa del emperador, quien nombraba un delegado personal para que las administrase lo que se denominaba fisco.
Mientras que las provincias senatoriales se hallaban en las zonas interiores del imperio y se encontraban totalmente pacificadas, las imperiales se ubicaban en regiones fronterizas frecuentemente objeto de rebeliones y otros peligros similares.
En el marco de las reformas y la organización del imperio, Augusto procedió a quitar a los caballeros el derecho de recolectar los impuestos, cargo que hasta entonces se compraba al Estado por grandes sumas, a cambio de lo cual la tributación de las provincias quedaba en manos de quien la recaudaba. Esto, por supuesto, se prestaba para grandes abusos.
Otras de las medidas importantes tomadas por Augusto bajo su gobierno fue la reforma moral y religiosa. En virtud de ella se dictó la ley sobre los matrimonios, mediante la cual se obligó a los solteros a contraer nupcias y a los viudos a volver a casarse. Igualmente se estipuló la obligación de tener hijos. De tal modo, se pretendía restaurar la familia romana como base para un desarrollo social sano.
A través de la reforma religiosa se buscó restaurar a los dioses antiguos, vinculando su culto con el amor a Roma. Se pretendía con ello desterrar muchas supersticiones y creencias que habían penetrado desde Oriente, y al mismo tiempo, regenerar un espíritu cívico, que se había perdido en el tráfago de las guerras civiles y de la decadencia moral producida con la expansión. Unido todo esto, comenzó a verificarse un culto al emperador, que Augusto entendió como un elemento más para desarrollar el espíritu cívico.
Desde el punto de vista de su política externa, Augusto renunció a embarcarse en aventuras expansionistas y prefirió consolidar las fronteras existentes, a las que procedió a fortificar considerablemente a través de la construcción de poderosas defensas, en las que aportó importantes contingentes militares. De tal manera, se instauró una paz permanente que permitió a Roma alcanzar su apogeo económico y cultural.
El imperio abarcaba extensas regiones. Por el norte llegaba hasta el Rhin e incluía a la mayor parte de la actual Inglaterra. La frontera continuaba por el Danubio, hasta la desembocadura en el mar negro. Por el este incluía el Asia menor y el corredor sirio-palestino. Por el sur, abarcaba Egipto y todo el norte de Africa. Al centro de todo este territorio se ubicaba el mar Mediterráneo, que jugaba un gran papel desde el punto de vista de las comunicaciones y del tráfico mercantil.
La paz instaurada por Augusto permitió la comunicación expedita y segura entre los distintos rincones del imperio y, de esa manera, creó condiciones para la romanización de extensas zonas, sobre todo las occidentales.
Uno de los problemas que debió resolver Augusto durante su gobierno fue el de la sucesión. Los antiguos mecanismo propio de la República ya no eran viables. La solución que se encontró sobre esta materia fue el llamado Sistema de Adopciones. Este consistía en que el emperador tomaba como hijo adoptivo suyo a un personaje de su confianza y lo proponía al senado para que éste lo eligiese como su sucesor. Con tal trámite se continuaba con la ficción de que era el pueblo romano, a través del senado, quien elegía al emperador. Luego, el elegido recibía todas las otras magistraturas, quedando así sancionado legalmente su poder absoluto.
Con este sistema se conformaron las tres primeras dinastías del Imperio Romano: la de los Claudios, la de los Flavios y la de los Antoninos.

EL SIGLO DE AUGUSTO:

Se llama así al siglo I, en el cual la cultura latina llegó a su apogeo. Ello, a su vez, era el reflejo de una situación de progreso económico, estabilidad política y paz, como no la había existido por siglos. Augusto se empeñó en estimular y apoyar la creación artística y literaria. Igual cosa hizo el acaudalado Mecenas, personaje que protegió y financió a gran cantidad de talentos.
Entre los principales representantes literarios del siglo de Augusto figura el poeta Virgilio, cuyas obras principales son la Eneida, que trata sobre los orígenes de Roma, y la georgicas; Horacio, autor de las odas; Tito Livio, gran historiador que escribió especialmente sobre el período republicano, destacando sus virtudes; Ovidio, cuyo principal escrito es El Arte de Amar. También se suele incluir dentro de ese apogeo de la literatura latina a los Comentarios de la guerra de las Galias, de Julio César y la Catilinarias y Filípicas, de Cicerón.

ALGUNOS EMPERADORES POSTERIORES A AUGUSTO:

Augusto en el año 14. Le sucedió Tiberio, nombrado por el senado a través del sistema de adopción. Su gobierno se extendió entre los años 14 y 37. En este período se produjo la crucificación de Jesús en palestina. A Tiberio sucedió caligula, personaje desequilibrado que llegó hasta la locura. Fue él quien hizo nombrar cónsul a su caballo. Gobernó entre el 37 y el 41. Le siguió Claudio (41-54) y luego Nerón, emperador este que desató la primera gran persecución contra los cristianos. Se considera que él fue el autor del incendio de Roma, de lo cual culpó a los cristianos. Gobernó entre el 64 y el 68, cuando se produjo contra él una sublevación. Después de su muerte advino un breve período de anarquía, que fue superado el año 69, con la instauración de la nueva dinastía de los Flavios.

El Dominado
Se llama así al segundo período del imperio en el cual puso fin definitivamente al pricipado, con sus ficciones jurídicas. El dominado comienza a fines del siglo III, con Dioclesiano. En esta fase, el reconocimiento de que todo el poder pertenece al emperador (apoyado en el ejército), y que éste de por si es el soberano absoluto, poseyendo la facultad total de dominio, se hace explícito. En estas condiciones, el Senado perdió incluso su poder nominal.
El dominado se ubica plenamente dentro del período de decadencia de Imperio. De entre sus principales emperadores podemos mencionar los siguientes:
a) Dioclesiano (284-305). Fue él quien dio comienzo a la fase del dominado. Su esfuerzo fundamental, sin embargo, estuvo orientado a la reorganización del imperio, especialmente buscando establecer reglas claras y estables en la sucesión imperial. Fue asó que ideó el sistema de la tetrarquía. Este consistía en dividir el territorio del imperio en dos partes. Una oriental, con capital en Nicomedes, y otra oriental, con capital en Milán. De acuerdo a esta división, instauró un gobierno encabezado por dos augustos, uno en cada parte del imperio, secundados por un césar cada uno. Al morir un augusto, ocupaba su lugar el césar respectivo, quien, a su vez, nombraba a otro césar que lo secundara. De tal manera, se consideró que la sucesión imperial quedaría regularizada sin dar lugar a periódicas guerras civiles.
Se suponía que el sistema de la tetrarquía, con la división del imperio en dos partes para los efectos prácticos de gobierno, permitiría una mejor administración y enfrentar en mejores condiciones el peligro de las invasiones bárbaras, que ya se manifestaba con cierta persistencia. Hay que precisar que la señalada división administrativa del imperio, propia del sistema de la tetrarquía, se hizo manteniéndose la unidad esencial del imperio, el que siguió siendo uno.
Sin embargo, el sistema de la tetrarquía fracasó. A la muerte de Dioclesiano se reeditaron las guerras civiles en las cuales se disputaba la sucesión imperial.
b) Constantino (312-337). Bajo su gobierno se dictó el Edicto de Milán (313), por el cual la religión cristiana fue tolerada, declarándose legal. En tal condición pudo competir en pie de igualdad con las otras y aumentar su influencia. Constantino tomó esta medida en cumplimiento de una promesa que había hecho a convertirse en emperador. Según se dice, tal promesa la había hecho en las vísperas de la batalla y después de haber tenido un sueño donde se le apareció una cruz acompañada de una voz que decía “ con este signo vencerás”.
La otra obra de gran importancia de Constantino fue la fundación de la ciudad de Constantinopla, a orillas del Bósforo (330), Con esta medida se pretendía crear un centro político y militar que permitiera controlar mejor esa región de la parte oriental del imperio e impedir los desbordes de los pueblos bárbaros, cuya presencia allí era particularmente intensa.
c) Juliano el Apostata (361). Este emperador es conocido por cuanto en su administración se verificó una recaída en el paganismo, poniéndose en práctica la última persecución general a los cristianos. Juliano quiso restaurar los antiguos dioses y desterrar el cristianismo, al que acusaba de ser el causante de la decadencia de Roma. Sin embargo, sus esfuerzos fueron vanos, puesto que la iglesia y las creencias cristianas se encontraban demasiado extendidas.
d) Teodosio el Grande (379-395). Fue el último gran emperador romano. Bajo su mandato se logró una pasajera mejoría de la situación y el imperio temporalmente se fortaleció. Comprendiendo que el cristianismo se encontraba demasiado extendido y que era necesario unificar a los súbditos bajo la creencia común con el cual se identificara el propio imperio, Teodosio resolvió declarar al cristianismo como religión oficial (392), prohibiéndose el culto de cualquiera otra. Esto marcó el triunfo definitivo de la Iglesia cristiana, la que pasó a apoyar con todas sus fuerzas a las autoridades. Así, éstas resultaron fortalecidas, consiguiendo la adhesión incondicional de los fieles de la nueva religión oficial.
Teodosio fue, además, quien decretó y puso en práctica la división definitiva del imperio romano. En el año 395, en efecto, se verificó la separación. Así, se constituyó el imperio romano de oriente, con capital en Constantinopla, el que quedó a cargo de Arcadio, y el imperio de Occidente que estableció su capital en Roma, quedando a la cabeza de él Honorio. Los dos emperadores mencionados eran hijos de Teodosio y asumieron a la muerte de su padre.
SURGIMIENTO y DESARROLLO DEL CRISTIANISMO EN EL IMPERIO:

Los orígenes del Cristianismo se remontan a la religión judía. Esta se caracterizaba por un monoteísmo, por el culto a yavé y por la creencia de que los judíos eran el pueblo elegido por Dios. Debido a los israelitas quedaron por siglos sometidos a otras potencias, se desarrolló en ellos la convicción de que Dios mandaría a la tierra a un salvador o Mesías, que los liberaría de toda presión extranjera y que los pondría a la cabeza de todos los otros pueblos.
Bajo el reinado de Augusto, Israel se encontraba sometido al Imperio Romano. Entonces apareció Jesús de Nazaret, quien se proclamó el Mesías esperado. Sin embargo, su doctrina no coincidió del todo con la ortodoxia judía. Si bien concordó con ésta en la afirmación de que existe un solo Dios, discrepó en su concepción del ser supremo, puesto que consideró a éste como un Dios personal, como un padre. Una segunda diferencia de gran importancia consiste en que Jesús entendió a Dios como el padre de toda la humanidad, superando el carácter nacional de la religión Judía, anteponiéndole una concepción universalista. De aquí se deriva una tercera gran afirmación en el planteamiento de Jesús: todos los hombres son esencialmente iguales, puesto que todos son hijos del mismo padre y poseen el atributo de la espiritualidad. Sé aquí se desprende otra gran afirmación: todos los hombres son hermanos y entre ellos debe verificarse una relación de amor.
Otra cuestión fundamental que separará la doctrina de Jesús del judaísmo será la concepción de que el reino de Dios no es de éste mundo y que la salvación vendrá después de la muerte.
El sanedrín Judío consideró que la doctrina predicada por Jesús era herética y presionó para que fuese juzgado y condenado. Ello había ocurrido bajo el gobierno de Tiberio.

ORGANIZACIÓN Y PROPAGACIÓN DE LA IGLESIA CRISTIANA:
Jesús tenía una serie de seguidores que eran los apóstoles. A la muerte del maestro, éstos se dispersaron por el imperio romano predicando la doctrina y tratando de organizar en cada ciudad, a partir de la comunidad judía, núcleos cristianos. Así, poco apoco, en Antioquía, en Jerusalén, en Asia menor, hasta llegar a la propia Roma, se fueron consiguiendo resultados positivos en esta tarea. La nueva religión se fue extendiendo principalmente entre los esclavos, los pobres, los soldados que habían estado en la zona de Palestina o en el Oriente. Uno de los elementos que más favoreció al Cristianismo en su expansión, fue el hecho de que ofreció una esperanza a quienes no tenían ninguna expectativa en este mundo.
El principal organizador de la nueva Iglesia fue Pablo, quien, además de fundar diversas comunidades, se mantenía en contacto con ellas aún a la distancia, a través de cartas o epístolas.
La Iglesia Cristiana pronto empezó a sufrir persecuciones, no por intolerancia religiosa del imperio, sino por la negativa de los Cristianos a adorar al emperador, lo que era considerado por éste como un delito contra el estado. Sin embargo, la excelente organización de la Iglesia le permitió sobrevivir y crecer. En Roma los creyentes realizaron sus ritos y ceremonias en lugares ocultos, llamados catacumbas.
Cuando el imperio entre en decadencia y se abra un gran vacío espiritual entre las personas de las más diversos estratos sociales, la Iglesia cristiana verá aumentada su influencia y el número de sus seguidores. Entonces, el propio imperio optará por hacerse cristiano.
EL FIN DEL IMPERIO: SU HERENCIA CULTURAL.
El fin del imperio fue el producto de un largo proceso, que implicó una prolongada decadencia que duró siglos, y que conllevó serios esfuerzos encaminados a revertir la dirección de los hechos.
La Decadencia y sus causas Principales:
No es posible reducir la decadencia romana a una sola causa. Pero entre los muchos factores que influyeron se puede destacar el gigantesco peso que significaba la enorme burocracia y el considerable ejército requerido para mantener el control de un área tan extensa como la abarcada por el imperio. El renacimiento de esa burocracia y del ejército implicaba incalculables gastos, absorbiendo gran parte de la riqueza que se producía. Tal problema de financiamiento se fue haciendo cada vez más grave en la medida que el imperio dejó de expandierse y, por ese medio, de incorporar más riqueza a su patrimonio.
Para financiar los enormes gastos que implicaba el funcionamiento del aparato estatal, las autoridades públicas se vieron obligadas a intervenir de manera creciente en la economía, sobre todo aumentando los impuestos. Esto, por su parte, desincentivó la producción puesto que muchas veces no convenía producir debido a que gran parte de ello debía pasar a manos de la autoridad en forma de tributo. Por lo tanto, la producción y la riqueza fue disminuyendo y, correlativamente, con ello los problemas de financiamiento estatal siguieron creciendo. Junto con ello, y con el agotamiento de una serie de yacimiento de oro y plata, la moneda emitida por el imperio cada vez se depreciaba más puesto que su componente de oro y plata bajaba, presentándose en aleaciones de cobre y plomo. Esto generó problemas en el comercio, el cual lentamente fue disminuyendo, tanto por los efectos de la inestabilidad monetaria como por la baja de la producción.
Como la actividad económica cada vez fue menos rentable y más sujeto a una creciente tributación, muchos artesanos y productores de diversos tipos optaron por abandonar su oficio y replegarse al campo para vivir allí de lo que la tierra da, en una especie de economía de autosustento, con lo cual la producción general bajó aún más. Ante tales tendencias, que se traducían en el despoblamiento de las ciudades, el Estado optó por redoblar su intervención en la economía, hacer obligatorio e incluso hereditarios todos los oficios, prohibiendo la emigración al campo y el cambio de profesión. Para controlar el desempeño del trabajo, los oficios fueron organizados en corporaciones o gremios. El hijo estaba obligado a seguir el oficio del padre.
Todas estas medidas no lograron detener el proceso de disminución de la riqueza. Con ello el ejército y la burocracia tuvieron que achicarse y, por otra parte, la población comenzó a decrecer en forma considerable. El achicamiento del aparato estatal y su desorganización, hizo posible la entrada de numerosos pueblos bárbaros, los que se instalaron dentro de su territorio.
A las señaladas causas de la decadencia hay que agregar los factores políticos, consistentes en la inexistencia de mecanismos regulares de sucesión imperial, lo que daba lugar a permanentes guerras civiles a la muerte de un emperador. La sucesión, en definitiva, se resolvía según la fuerza, esto es, de acuerdo a la actitud de las tropas, base real del poder imperial. Las constantes guerras civiles generadas por esta causa desorganizaron aún más la economía y contribuyeron al empobrecimiento general.
Los problemas morales, el desaparecimiento del sentido cívico, igualmente contribuyeron a la decadencia. Las clases altas, desentendiéndose de la política, al igual que la masa del pueblo, se refugiaron en su vida privada. Los primeros se retiraron a sus villas o latifundios, abandonando las ciudades, procurando allí garantizar su seguridad y buen pasar. La política quedó en manos de los generales y el ejército, que eran los que hacían y deshacían emperadores.
El colapso del imperio se producía cuando, producto de esta crisis general, los germanos llevan a cabo su “invasión violenta” por efecto de la aparición de los Hunos en Oriente, de quienes pretendían protegerse ingresando al imperio, con lo cual terminaron por destruirlo.
En este largo proceso de decadencia, que duró, a lo menos dos siglos, hubo importantes esfuerzos hechos por emperadores notables, que pretendieron revertir la situación, logrando mejorías transitorias. A continuación nos detendremos en algunos de ellos.

EL FIN DEL IMPERIO (476).

En el contexto de la decadencia a la cual ya nos hemos referido, se verificó una serie de inmigraciones por partes de los pueblos germanos ubicados al norte y al este del Rhin , los que intentaban vivir dentro del imperio. Este proceso es el que se denomina como “ invasiones pacíficas” Producto de ellas, amplias regiones del imperio pasarán a ser ocupadas por pueblos germanos, especialmente en las fronteras.
A mediados del siglo V tales invasiones se aceleraron debido al aparecimiento de los Hunos, por el este, los que aterrorizaron a diversos pueblos, quienes, a su vez, aspiraron a buscar protección dentro del imperio. Así ingresaron en él y se establecieron en diversos lugares, pasando por encima de las débiles e impotentes autoridades romanas. Uno de dichos pueblos, los ostrogodos, se instaló en Italia. Ante la negativa del emperador Rómulo Augusto de concederles ciertas tierras, Odoacro, rey de los Ostrogodos, decidió deponer al emperador (476). De tal manera, el imperio romano de Occidente llegó formalmente a su fin.
En tanto, el imperio de oriente, con capital Constantinopla, mantendrá su existencia por casi mil años más.

LA HERENCIA CULTURAL ROMANA:

Roma tuvo una gran relevancia cultural. Por su enorme extensión, el imperio estuvo en condiciones de uniformar culturalmente a amplias regiones. A través suyo, por lo demás, pasó la cultura griega, en su versión helenística, a Occidente. A ello hay que agregar la difusión del cristianismo, proceso que en lo que se refiere a Europa será continuado y consolidado durante la primera parte de la Edad media.

De tal manera, la existencia del imperio romana implicó la creación de algunos de los componentes fundamentales de la civilización occidental que se constituirá de lleno en el medioevo.
En lo particular, dentro de la cultura romana es posible destacar algunas manifestaciones que trascendieron, constituyendo herencias permanentes de la humanidad, especialmente de Occidente. Entre ellas podemos destacar las siguientes:
a) Derecho romano, se denomina Derecho romano al sistema legal desarrollado en Roma desde la primera compilación de leyes, conocida como la Ley de las XII tablas, en el año 450 a.C., hasta la muerte de Justiniano I, soberano del Imperio bizantino, en el año 565 d.C. De forma concreta, se utiliza para designar la compilación de la ley conocida como Corpus Iuris Civilis, también llamado Código de Justiniano, realizado bajo los auspicios del mismo y que fue la base del Derecho civil de muchas naciones europeas continentales.
Antes de las XII Tablas, el Derecho en Roma tenía un carácter religioso y su interpretación la realizaban sacerdotes que eran miembros de la clase patricia. Las protestas y agitaciones de la clase plebeya condujeron a que la ley consuetudinaria existente se escribiera añadiendo algunos principios que no formaban parte de la costumbre. La Ley de las XII Tablas, tras ser escrita, fue sometida a una asamblea popular y aceptada. Este Código contiene reglas simples, ajustadas a una comunidad agrícola, establece la igualdad ante la ley de los patricios y los plebeyos y fue erigido en la fuente de todo el Derecho público y privado romano. El sistema legal instaurado por este Código y el conjunto de reglas que se desarrollaron a su alrededor era aplicado en exclusiva a los ciudadanos romanos y se conocía como el ius civile.
La expansión territorial por la cuenca mediterránea obligó a los romanos a elaborar un sistema legal nuevo. Cada territorio conquistado contaba con su propio sistema, por lo que se requería un cuerpo de leyes que fuese aplicable tanto a los ciudadanos romanos como al resto. Más o menos entre el 367 a.C. y el 137 d.C. este nuevo sistema se desarrolló a partir de los edictos del praetor, o magistrado, que definía e interpretaba la ley para los casos particulares. El praetor de los extranjeros administraba justicia en Roma, en todas las controversias donde alguna de las partes no era un ciudadano romano, y el praetor provincial establecía sus edictos en materias de interés comercial tras los edictos del praetor de los extranjeros de Roma. Durante los últimos años de la república las reglas de este nuevo sistema solían aplicarse a los conflictos entre ciudadanos romanos. Este nuevo sistema legal se conocía como el ius gentium. La ampliación de la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del Imperio romano hizo que la distinción entre ius civile y ius gentium quedara obsoleta y la ley de la ciudad, o ius civile de Roma, se convirtiera en la ley de todo el imperio. Las diversidades provinciales fueron eliminadas por la legislación del senado y del emperador y por la interpretación de los jurisconsultos. El hito más importante en el desarrollo del sistema romano en este periodo es el derecho, concedido por el primer emperador romano Augusto y sus sucesores a algunos eminentes juristas, de elaborar responsa, u opiniones, en los casos que se presentaban en un proceso ante los tribunales. Entre los más famosos juristas romanos de esta época estaban Gayo, Papiniano, Julio Paulo y Ulpiano. Los tres últimos citados desempeñaron el cargo de praefectus praetoria, similar a un ministro de justicia del Imperio romano.
B) la lengua. El latín fue el idioma madre del cual se derivaron otra serie de lenguas modernas, tales como el español, el francés, el italiano, el portugués y el rumano, llamadas lenguas romances.
C) la Arquitectura, La arquitectura romana se caracterizó por su monumentación, solidez y sentido cívico. Muestra, por lo demás, considerable influencia griega, expresada sobre todo por las columnas y en el uso de los techos de doble inclinación. Pero los romanos hicieron uso de otro recursos, tales como la bóveda y el arco del medio punto, que tanto influirá en la arquitectura medieval. Las principales manifestaciones de la arquitectura romana fueron los templos, los teatros y los circos, donde se verificaba una serie de competencias.
D) Ciencia y Técnica. Los romanos no fueron un pueblo que desarrollara una cultura especulativa y abstracta, como los griegos, por ejemplo. Por el contrario, fueron más inclinados por los conocimientos aplicados, lo que dio lugar a la construcción de grandes obras públicas, algunas de las cuales persisten hasta hoy en día. Tales son los casos de ciertos acueductos, represas y otras similares.